30/12/15

Coaching: El atróz encanto de entrenar



Aquí, en primera persona, cuenta sus sensaciones sobre la conducción de un equipo.

Para todos quienes entrenamos y colaboramos en forma directa con el juego es indudable que estamos en tiempos difíciles. 

La presión por ganar a cualquier cualquier precio y de cualquier manera, puede hacernos perder el rumbo e incluso alterar y menoscabar nuestra leal forma de actuar.

Hoy en día, la tarea del entrenador pareciera deambular peligrosamente entre dos extremos.
A la madeja de enormes poderes y potestades que implica establecer y marcar el rumbo de los jugadores, se le agregan o anexan las enormes responsabilidades que ello implica, con la consiguiente presión. Por todo ello y parafraseando al escritor Marcos Aguinis, ejercer la profesión puede resultarnos un atroz encanto

Decimos un encanto porque que es indudable que la practica de la profesión genera en quien la ejerce satisfacciones de las más variadas, que la convierten cuanto menos en agradable y placentera.
Orientarlos, indicarles el rumbo, transmitirles conocimientos y empaparlos de valores para la vida, suele resultar gratificante y devolver con creces el esfuerzo y la dedicación esgrimidos. 

Es esa aura de energía que los jugadores nos trasmiten, la que nos moviliza y nos da fuerzas para perfeccionarnos a fin de tratar de ser cada día mejores.

Pero asimismo, hay en todo ello una atrocidad que convive simultáneamente con el encanto. Ella esta dada – básicamente – por las presiones y responsabilidades que llevamos a cuestas.

Las enormes presiones y las exigencias casi diarias por obtener resultados, la transforman muchas veces en una tarea insalubre. Presiones que más allá del equipo – bueno o malo, profesional o amateur – siempre existen.

En estos tiempos en que la paciencia es un bien en desuso y la corrección y lealtad un valor cada vez más escaso, es nuestra responsabilidad mantener al deporte en condiciones saludables.
La presión se ha convertido en insoportable para muchos. Por ello, solo aquellos que puedan dominarla o manejarla podrán transmitir verdaderos valores y desdramatizar lo que es en su esencia un deporte formativo.

Aquel entrenador que acompaña y alimenta la vorágine de los padres que quieren el triunfo de sus hijos a cualquier precio, sin importar reglas ni formas, o aquel que pretende el éxito sacrificando los modos y las formas de la más sana convivencia deportiva, está atentando contra el correcto desempeño de esta profesión.

Hacer honor a la responsabilidad  que nos compete es mantenerse ajeno y al margen de las presiones de nuestro entorno.
De esa manera, tendremos mejores chances de no equivocar el camino en cuanto a la forma de conducir grupos y de enseñar.

Hacernos fuertes en nuestras convicciones, no cambiar la receta del éxito por la del triunfo efímero bajo ningún motivo, sin importar razones ni circunstancias, es dar el paso fundamental hacia el dominio de uno mismo y del entorno que nos rodea.

Por ello, está en nosotros como colaboradores no dejarnos absorber por la decadencia resultadista y apuntar a ser fieles y coherentes con nuestros principios y convicciones mas allá de todo.
Esa convicción y seguridad de no desviar el rumbo, incluso ante las más diversas adversidades, es la que nos permitirá transitar siempre por el camino del respeto, la honestidad y la mesura...

23/12/15

Coaching: El Entrenador como comunicador



Un buen entrenador de rugby no solo debiera tener conocimientos sobre los distintos aspectos del juego, sino que además – y más importante – debe saber comunicarlos. 

Si el entrenador no sabe comunicar el mensaje, la atención recibida por los jugadores será menor a la deseada. El entrenador puede tener todos los conocimientos que haya en el mundo, pero si no puede o no sabe comunicarlos de nada servirá. 

A decir verdad, saber transmitir los conocimientos incorporados es lo que produce que esos conocimientos deriven en enseñanzas. Desandar el camino para poder aprender, implica en primer lugar el hecho de saber y, como complemento, el hecho de poder transmitirlo. 

Esa brecha o distancia entre el saber y el transmitir es la que el entrenador deberá aprender e incorporar para que su mensaje llegue a buen puerto de la forma más clara y sencilla posible. El primero concepto que se debe tener bien claro, es que el acto de comunicar es un acto en el que intervienen dos sujetos: el que da el mensaje y el que lo recibe; por lo tanto la comunicación no solo consiste en transmitir mensajes, sino también en recibirlos. 

En virtud de lo mencionado, un entrenador de rugby siempre debe que estar abierto a escuchar. Puede resultar – como decía el australiano Rod Macqueen – que una buena idea pueda surgir incluso de la persona menos pensada. 

Muchos entrenadores suelen ser aptos para transmitir mensajes con fluidez y naturalidad, pero mediocres o decididamente ineptos a la hora de escucharlos. La comunicación consiste no solo en el mensaje verbal que es al que habitualmente nos referimos para graficar el acto de comunicar, sino también en el mensaje no verbal. Así, los actos y comportamientos del individuo representan la comunicación no verbal. Incluso los gestos y expresiones faciales son comunicaciones con un alto impacto en sus dirigidos. Se ha estimado que más del setenta por ciento de la comunicación es no verbal. 

De allí la importancia de que nuestra conducta - como entrenadores - sea coherente y consecuente con nuestra predica.- Una comunicación puede ser ineficaz por múltiples motivos. En primer termino, si un entrenador es un gran orador pero no genera en sus dirigidos la suficiente credibilidad, es posible que ese mensaje ni siquiera sea escuchado o recibido por ellos. 

Otra razón que provoca incomunicación esta dada en función del contenido del mensaje. Así, si el contenido de ese mensaje es erróneo para la situación, entonces habrá un déficit en la comunicación. Ejemplo: queremos transmitir seriedad y compromiso en un momento no adecuado como puede ser un tercer tiempo, donde el grado de dispersión es enorme.

Incluso puede ser que estemos en presencia de una comunicación ineficiente por razón de la forma. Ejemplo: para motivar el entrenador habla demasiado tranquilo y pausado, y no logra transmitir la energía suficiente para esa ocasión. Otro déficit de comunicación esta dado en función de la capacidad de quien transmite. Es lógico que quien carece de la habilidad para trasmitir no logre una buena comunicación. Así, si el entrenador no tiene aptitud para generar atención, los jugadores no pondrán la disposición necesaria para escucharlo. Asimismo la falla en la comunicación puede ser causada no solo por una falencia del entrenador como hemos observado en los puntos anteriores, sino que el problema puede residir en el jugador o incluso en ambos. Para evitar que la comunicación se torne ineficaz, el entrenador deberá trabajar en distintos aspectos tendientes a perfeccionar las habilidades que hacen a una eficaz intercomunicación. 

A continuación detallamos las siete habilidades más importantes en materia de comunicación: 

 1.- Desarrollar la credibilidad Es lo más importante y el punto de partida para desarrollar luego las demás habilidades comunicacionales. Por mas que el coach tenga un discurso brillante, posea los conocimientos mas acabados del deporte y además sepa transmitirlos correctamente, si no genera credibilidad sus jugadores no incorporaran ninguna enseñanza. En rigor, si los jugadores no te creen o no te respetan ni siquiera se detendrán a escucharte. El carácter que inviste el entrenador, un cargo importante y prestigioso, imprime a quien lo ejerce de una gran credibilidad en un primer momento. Luego, los actos, gestos y actitudes hacia sus dirigidos hacen aumentar o menoscabar esa credibilidad inicial. El desafío que tiene todo entrenador es no solo mantener su credibilidad inicial producto del cargo que ostenta – como ya dijimos – sino también apuntar a aumentarla con el paso del tiempo. Tener un estilo abierto con sus dirigidos, ser coherente con sus palabras, ser honesto con el prójimo y ser sincero con sus conocimientos, no poniendo excusas si se ignora algún tema y tratando de no engañarlos, contribuye en gran medida para lograr credibilidad. La credibilidad se destruye rápidamente, por ello debe cuidarse con especial recelo. Conseguir el respeto de sus jugadores implica también respetarlos a ellos. Si el entrenador da un discurso y no se prepara debidamente; si da una charla y lejos de prepararse improvisa; si no es capaz de admitir un error, no esta respetando a sus jugadores y por ende seria ilógico que ellos lo respetaran. El respeto no se exige sino que debe ganarse, con su comportamiento, conducta y actitudes. Es importante lograr el respeto de sus jugadores porque con ello se gana en credibilidad. 

2.- Comunicar con un enfoque positivo Ello implica que la comunicación del entrenador con sus jugadores se debe centrar en “lo bueno” en lugar de lo malo. Un ejemplo de dirección positiva podría ser: “Juan, gracias por sentarte rápido para escuchar”. Un ejemplo de dirección negativa sería el siguiente: “ Pedro, no hables que no pueden escuchar los demás”. La dirección positiva implica reforzar los comportamientos correctos e ignorar y suprimir los negativos. Está demostrado que cuando las clases están caracterizadas por interacciones negativas el nivel alcanzado por los estudiantes es bajo. 

 3.- Comunicar mensajes ricos en información Para que un mensaje sea rico en información tiene que tener distintos condimentos o ingredientes. Es necesario que no sea un monólogo, sino que se deberá interactuar con sus jugadores, para que ello pregunten y enriquezcan el diálogo. Además, entregar estadísticas por ejemplo, contribuye muchas veces a fijar un mensaje con mayor fuerza. Explicarles porqué se debe actuar de una u otra manera es también fortalecer el mensaje. Ejemplo: si los jugadores hacen algo de manera incorrecta o deficiente, se debe explicarles porqué y entregarles asimismo la solución de cómo hacerlo correctamente.- 

 4.- Comunicar con coherencia Es una habilidad fundamental porque no tener coherencia en la comunicación es atentar contra lo más importante: la credibilidad. Aquel entrenador que predica una cosa y hace otra no es coherente con su accionar y perderá entonces credibilidad. Un entrenador que insiste en la imperiosa necesidad de ser puntual y respetuoso con el otro y luego llega tarde a cada una de sus citas, no estará predicando con el ejemplo. Aquel coach que predica hasta el hartazgo que no se debe hablar con el referí y luego se pasa todo el partido criticando, entonces tampoco estará contribuyendo a ser consecuente con sus palabras.- 

5.- Aprender a escuchar Es una habilidad importante pero muy poco utilizada. Hemos dicho que en el acto de comunicar interviene no solo el que trasmite el mensaje, sino también el que lo recibe; por ello sino observamos el comportamiento corporal y las respuestas del otro no sabremos si nuestro mensaje llega eficazmente, ni tampoco las inquietudes y dudas que su alocución generan. Ser buen oyente es tan importante como ser buen orador, porque la comunicación es escuchar al otro y ser escuchado. La escucha activa, a través de la comunicación no verbal (ejemplo: asintiendo) implica interactuar con el otro. Si el entrenador asiente estará otorgando pruebas de que está escuchando y comprendiendo lo que sus jugadores le están diciendo. Prestarles atención en su alocución implica respetar a sus jugadores; y no escucharlos es menospreciar la importancia del mensaje que ellos puedan entregar. El hombre soberbio no sabe escuchar y por ende no deja hablar al otro. Posiblemente porque cree que lo que él dice es más importante y significativo que lo que dice el prójimo. No hay dudas que el hombre observador y atento del mensaje ajeno esta en las mejores condiciones de aprender y enriquecerse con el discurso ajeno. Por el contrario, aquel entrenador sin humildad, descree que algo valioso pueda surgir en boca de otros, y no hace culto al silencio como primera medida para aprender a escuchar. 

 6.- Adecuarse a los oyentes Es una virtud fundamental. Significa ser capaz de explicar algo conforme a sus oyentes y sus singulares características. Adecuarse a los que lo escuchan, es ponerse al servicio de sus oyentes y no viceversa. La capacidad de amoldarse a sus oyentes es vital para que estos reciban el mensaje de la manera mas clara y sencilla posible. En ese sentido, obviamente no es lo mismo que quien escucha sea un profesional universitario que un joven jugador sin colegio secundario terminado. Si el entrenador esta dando una charla técnica a sus jugadores, no podemos hablar con un lenguaje técnico y difícil como si estuviera disertando en una conferencia ante catedráticos o profesionales. De la misma manera, si el entrenador da una clínica a otros colegas, hablar con sentido vulgar tampoco sería el léxico recomendado. Aquel entrenador que se acopla a sus oyentes, demuestra por sobre todo humildad y respeto por ellos. Así como un entrenador debe elaborar una estrategia para el partido conforme las características y capacidad de los jugadores con los que cuenta, del mismo modo deberá adecuar su discurso a la altura intelectual de sus oyentes. En materia de comunicación es similar. 
 Son los entrenadores los que deben acoplarse a sus jugadores y no viceversa. 

7.- Mejorar la comunicación no verbal Habitualmente la comunicación no verbal es a la que menos importancia se le presta, cuando, a decir verdad, es tremendamente decisiva para transmitir un mensaje y representa en la práctica el setenta por ciento de la comunicación. Es un instrumento muy eficaz para lograr llegar a sus oyentes. La comunicación no verbal comprende no solo el movimiento del cuerpo, los gestos e incluso la posición del cuerpo mientras uno habla, sino también todas las conductas y comportamientos del entrenador, no solo en el ejercicio de sus funciones sino también en otros ámbitos. Ello es así, porque se es entrenador siempre y en todo momento (incluso fuera del club o el campo de juego) y por ende se debe hacer honor a ese cargo en cualquier momento y circunstancia. Los gestos, por ejemplo, muchas veces dicen “mas que mil palabras”, por ello la importancia de utilizarlos en forma adecuada. Asimismo, el movimiento de cuerpo y de las manos, por citar un caso, tiende a romper la monotonía de un discurso chato y aburrido y contribuye muchas veces a generar la atención de la audiencia. Cualquier acción del entrenador, ya sea dentro o fuera del campo de juego, es una comunicación no verbal. Perfeccionar toda la gama de actos que implican la comunicación no verbal contribuirá enormemente a que el mensaje llegue de la mejor manera.

20/12/15

Rugby como Herramienta transformadora



Sebastián Perasso
Hablar de aspectos que hacen estrictamente al juego como ser su costado técnico, táctico o mental es adentrarse en el rugby mismo, pero no en su esencia como deporte formativo.
Por ello, entiendo que el punto de partida para quienes integramos la gran familia del rugby es mantener su espíritu y conservar aquellos principios fundacionales que lo hacen absolutamente distinto y único.
Así, podrán cambiar las reglas, las tácticas o estrategias; podrá cambiar su forma externa o su fachada, pero en su esencia seguirá siendo siempre el mismo.
El rugby – hay que decirlo – es hoy un deporte distinto. Muchas cosas han cambiado a su alrededor. El dinero, los intereses económicos, la fama y los privilegios son moneda corriente y deambulan por el deporte con sobrada naturalidad. Pero está en nosotros – vinculados al juego – cultivar la inteligencia y la sabiduría de poder cambiar nuestras ideas sin renunciar ni modificar nunca nuestros ideales.
Empecemos entonces por el principio que no es otro que el origen del rugby como deporte.
El rugby nace en el siglo XIX como instrumento para disciplinar a los jóvenes ingleses, poco apegados al cumplimiento de normas y reglas.
Así, casi mágicamente, aquel instrumento magnifico ideado en la Escuela Pública de la Ciudad de Rugby se multiplicó de manera magistral por colegios y universidades de Inglaterra y logró llegar casi inalterable hasta nuestros días.
El rugby ha sido concebido desde siempre como un instrumento de cambio, como un elemento transformador de la realidad de quienes lo enseñan o practican.
El rugby es un deporte formativo y ese valor constituye su elemento distintivo por excelencia, lo cual lo hace absolutamente único en el universo del deporte.
Está claro que el rugby ha tenido un progreso ininterrumpido y una evolución notable a través del tiempo.
Suficiente es observar el grado de crecimiento y evolución como deporte para darnos cuenta de su real magnitud, hasta convertirlo en el tercer acontecimiento deportivo más relevante de este planeta, tan solo detrás del Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos.
También es incuestionable que de la mano de sus nuevas reglas el rugby ha crecido como espectáculo, con mayores televidentes y espectadores cada día.
Pero, al margen de ese panorama tan gratificante y alentador para cualquier hombre del rugby ¿qué sería de este juego sin su poder de transformación?¿Qué sería del rugby sin su capacidad para transformar la realidad de la gente?
En efecto, de poco serviría su alocado crecimiento y difusión por el mundo  si el rugby no continúa siendo una herramienta transformadora.
Es saludable pretender su desarrollo y crecimiento, y es lógico también aspirar a que el rugby genere adeptos y simpatizantes por todo el mundo, pero de nada serviría si no va acompañado de su elemento distintivo.
Sin ese valor agregado que lo hace único, sin ese distintivo que lo eleva y enaltece por sobre el resto, el rugby se convertirá indefectiblemente en una disciplina ordinaria, ni más ni menos importante que otras tantas en el universo del deporte.
Sabemos ciertamente que el rugby es mucho más que un deporte; es, por sobre todo, un medio para formar y educar a las personas, un instrumento para relacionarnos y un vehículo para evolucionar como personas sociales.
Está claro que convivimos a diario en un mundo contaminado, repleto de jóvenes sin rumbo, ni ideales; con individuos carentes de objetivos y sentido de identidad.
Para todo ellos, el rugby puede representar un escape. Puede significar una brújula que guíe y orienta la conducta de los jóvenes en medio de tanto barullo y desorientación.
Conservar los principios fundacionales de este deporte constituye hoy el punto de partida, porque está claro que un rugby huérfano de valores e ideales no sirve como herramienta transformadora.
Como hombres de rugby, ese el verdadero desafío que tenemos por delante.
Aquella monumental obra iniciada en 1823, que logró transformar la realidad educativa de Inglaterra a través del rugby, es la que nos pone a prueba casi dos siglos después. De nosotros depende mantener al deporte al margen de la crisis y en condiciones saludables.

18/12/15

Perfiles : Ana Laura " Gaucha" Corvalán

Nombre: Ana Laura Corvalán

Fecha de Nacimiento: 07 de agoto 1989

Club: SAN JORGE

Puesto: WING-DELANTERA EN HOCKEY PILAR O CUALQUIER POSICIÓN EN RUGBY FEMENINO Altura: 1,56 Peso: 65kg

Apodo: Gaucha Profesión:

Profesora en Educación Física

Estado Civil: Casada con San Jorge

Hobbies: El Club- Bicicleta-Actividades al aire libre

Vicios: Ninguno

Un jugador: Gabriela Rubilar por su juego impecable y la Negra Casas por la garra y pasión en cada partido (en Hockey) Juan Pablo Alcain y Johnny Del Rocino, grandes jugadores (en Rugby)

Un capitán: Mariana Del Valle, una gran referente y guía en el hockey. Una cábala: apretar los dientes y seguir...

Un sueño: Sacar campeón a alguna categoría del San Jorge como Entrenadora. Sea hockey o rugby

Un ídolo: La Negra siempre lo fue y lo seguirá siendo. Y el Tuno un gran hombre al cual admiro y adoro.

Una frase: "Siempre estuvimos en las malas, las buenas ya van a venir, al SanJo lo hace grande su gente…”

Definí a San Jorge … El Club es lo más lindo que me paso desde que ingrese sin saber lo que sería. Es mi vida, mi cable a tierra. Mi refugio y el lugar que elijo y prefiero todos los días. Algo inexplicable aún. Un Gran Amor Eterno.

¿Qué es el rugby? Un deporte hermoso y una forma de vida al igual que el hockey.

Un referente del club ? Varios: El Tuno. Fatiga. Chiche. Caito (rugby) La Negra-Chechu-Mariana Del Valle -

¿En que otro club te gustaría jugar? Ya jugué en Club San Luis de La Plata, hermoso Club. Pero nada como el San Jorge.

¿Cuál es el jugador que más te gusta de tu club? Juan Pablo Alcain

¿Y de la URA? Johnny Del Rocino

¿Quién es el mejor en tu puesto? Concepción Cornejo en hockey.

¿Cuál es el partido que más disfrutaste en tu vida? Éste año al regresar, el primer partido oficial que volví a jugar con la negra y blanca en hockey. Muchos más.. -

¿Un clásico que recuerdes? Club San Luis vs. La Plata Rugby

¿Otro deporte? Handball- natación

¿Una comida? Cordero -

¿Una mujer? ¿? Por ahora no jajaja

¿Un Tercer Tiempo? Cualquiera que sea con amigos del Club

Una cabala ?  Usar protector bucal SI o SI

¿Amigos del rugby? El Tuno y Fatiga

¿Un deseo? Que el Club siga creciendo día a día, que se sumen más personas que hayan pasado o no por el Club ( Ex jugadores, ex entrenadores, padres, madres, flia. ) Que se siga trabajando desde la humildad y los principales valores que el rugby y hockey transmiten.

17/12/15

Filosofia del Rugby


Esta foto habla por si sola. Pero vale la pena aclarar que siempre hay algun padre que cree que su hijo es un jugador de elite. Se pueden detectar a lo largo de todas las canchas algunos papas (por suerte pocos todavia) gritandole a sus hijos que jueguen mas o que jueguen mejor. Esta es una costumbre muy futbolera. Este cartel deberia estar en todas las canchas de rugby donde haya alguien que no entienda que los chicos juegan solo para divertirse.

Perfiles : Eduardo Javier Mendoza



Nombre Eduardo Javier Mendoza
Fecha de Nacimiento: 14/10/1966
Club: san jorge
Puesto: pilar izquierdo
Altura: 1,67
Peso: ahora? jaja 130 
Apodo: try try
Profesión: empleado 
Estado Civil: casado
Hobbies: ver peliculas 
Vicios: ahora ninguno 
Un jugador: Corcho Fernandez Lobbe
Un capitán: Mario Quintana sin duda, aunque Dani Fuentes esta cerca 

Una cábala: ninguna

Un sueño: mi sueño era que jugaramos juntos en primera Claudio y yo y lo pudimos cumplir,

Un ídolo: Mario 

Una frase: " te voy a enseñar cuantos pares son tres sotas" autor Chiche Serra

Definí a San Jorge … mi segundo hogar, fabrica de amigos 

 ¿Qué es el rugby? el rugby es un deporte de inclusion, palabra muy usada ultimamente, es un deporte donde todos somos iguales e importantes ya que el solo se puede ganar si todos dejan todo de si, es un deporte cuya preparacion se puede llevar a la vida cotidiana, el sacrificio, la humildad, el pensar en el otro, la responsabilidad, la disciplina. Doy gracias a Dios por haberme echo jugar al rugby. 

Un referente del club ? Horacio Michelli 

-¿En que otro club te gustaría jugar? ninguno -

¿Cuál es el jugador que más te gusta de tu club? ahora Jhonny 

¿Y de la URA? no se 

¿Quién es el mejor en tu puesto? El mejor era mi hermano pero como no esta jugando Ramiro Herrera 

 ¿Cuál es el partido que más disfrutaste en tu vida? la primera vez que le ganamos al viejo Santa Lucia ya que había sido el ultimo campeón- -

 ¿Un clásico que recuerdes? San Jorge contra Gimnasia y Esgrima, nuestro eterno rival , en cancha del liceo militar

 ¿Otro deporte? ahora patin artistico porque lo practica mi hija jaja

 ¿Una comida? canelones como los hacia mi abuela

 -¿Una mujer? mi señora obvio 

¿Un Tercer Tiempo? los que haciamos con gimnasia y esgrima, despues de una dura batalla nos matabamos de risa 

¿Amigos del rugby? me dejo muchos, Claudio mi hermano, Chiche Serra, Daniel Fuentes, el Tuno michelli, Jorge Di Tulio, la familia Guerrero, el porteño, el Billy Carrizo, Martin Castillo

 ¿Un deseo? Que los pibes de hoy logren comprometerse con el club como lo hicimos nosotros en su momento, hoy vemos muchas condiciones que se pierden por la falta de compromiso.

14/12/15

Rugby y Compromiso

rugby y compromiso

Una palabra que no podemos olvidar: compromiso.

En todos los equipos de rugby del mundo se habla siempre de lo mismo, el compromiso. Todos los entrenadores, al inicio de temporada, lo piden a sus jugadores y no paran de recordarlo a lo largo de la campaña. Nosotros tenemos clara una cosa: sin compromiso no hay equipo.
El compromiso es muy importante para cualquier equipo de rugby. Todos los equipos se marcan una serie de objetivos que lograr a final de temporada, pero además de esos, los jugadores tienen los suyos propios. En este punto debemos preguntarnos, ¿qué objetivos son más importantes, los del equipo o los míos? En un deporte colectivo como el rugby, el equipo está por encima de todo y siempre debemos luchar por alcanzar los objetivos comunes antes que los personales. Normalmente es un bucle, si se logran los objetivos del grupo seguramente se conseguirán los individuales, pero, ¿si lográis los individuales antes que los comunes, conseguiréis los objetivos grupales?
No tener compromiso con el equipo al cual perteneces es faltarle al respeto, y no sólo al club, sino también a uno mismo. Cuando alguien deja de tener respeto a sí mismo y al club, en ese momento deja de ser jugador de rugby. El cuerpo pertenece al club durante toda la temporada.
¿Qué significa compromiso para nosotros? Muy fácil, es no faltar a ningún entrenamiento, luchar por la escuela del club, participar en todos los compromisos del club y del equipo, sacar el material para poder entrenar, ser puntuales a los entrenamientos y a las convocatoria de los partidos, ayudar al club a organizar cualquier evento, no poner excusas baratas cuando el club te pide ayuda por cualquier motivo, ser el linier en los partidos, ser el water boy de los partidos, el chico del botiquín, todo esto y mucho más es compromiso. No podemos olvidar que luchar desde el minuto 0 al 80 en un partido también lo es; dejar todo lo que tienes dentro del campo y no abandonar a tus compañeros. Recordad que se juega para que el equipo gane, que se entrena para que el equipo mejore y nunca para que tú seas mejor.
No podemos olvidar que debemos enseñar en la escuela del club lo que es el compromiso: los niños desde bien pequeños deben entender esa palabra como la de respeto. Esos pequeños rugbiers tienen que ser 100% jugadores de rugby desde el primer momento que pisan un campo y entran en la escuela del club.
Para terminar, sabemos que cada uno puede entender el compromiso a su modo; sólo hemos querido mostrar lo que es para nosotros la palabra compromiso. Es un tema muy amplio, con mucho debate; por eso os preguntamos, ¿qué es para vosotros el compromiso?
Salud y rugby

12/12/15

La influencia de la práctica del rugby en el desarrollo infantil



Uno de los intereses de la Psicología del Deporte es la influencia que tiene la práctica de deportes en el desarrollo integral de los niños. El rugby, como deporte de equipo y que se puede practicar desde una edad muy temprana, tiene características particulares que merecen ser analizadas con detenimiento.
La proliferación de conductas cada vez más violentas no escapa al mundo de los niños, quienes se encuentran cada vez más inmersos en la violencia general de la sociedad toda; el fomento del correcto desarrollo psicológico a través de la práctica del deporte debe incluirse como una forma alternativa de su prevención. En ese sentido, en nuestro país, la práctica amateur del rugby implica no sólo el desarrollo de una serie de habilidades físicas necesarias para jugarlo, sino también la incorporación de valores indispensables para la vida en sociedad. En “Balbuceos en el rugby”, libro escrito por el árbitro Pelusa Pichot, podemos leer las palabras del actual capital de la selección nacional, Felipe Contepomi: “En primer lugar, es un deporte que inculca muchos valores no escritos en el reglamento y que si uno los incorpora, sirven para cualquier ocasión que nos presente la vida. Entre ellos está el RESPETO, el SACRIFICIO, el COMPAÑERISMO, la LEALTAD, la HONESTIDAD y la NOBLEZA (…) Por ahí la razón más importante por la que impulsaría a alguien a jugar es por lo que te deja este deporte y eso es LA AMISTAD. Y cuando hablo de amistad, me refiero a la gente que uno conoce y los amigos que uno hace por el sólo hecho de jugar al rugby. Esa amistad trasciende los colores de la camiseta que uno defiende, trasciende las edades, trasciende las nacionalidades, trasciende las barreras culturales, y son amistades que perduran por siempre”.
Una buena experiencia deportiva de niño puede tener efectos trascendentes en el adulto, en su personalidad, en su rendimiento general, en su autoestima, en su vida familiar y social y en su desarrollo psicológico todo. Sin embargo, no es la mera participación en un equipo o la sola práctica de un deporte lo que producirá estos resultados; hará falta la organización y supervisión de adultos responsables y con los conocimientos necesarios para poder transformar la experiencia deportiva en un hecho significativo y positivo. Por eso es necesario que el entrenador comprenda los principales aspectos de la psicología de la infancia y de la adolescencia para llevar adelante un trabajo integral.
Una de las principales razones por las cuales los niños y los jóvenes practican deportes es por pura diversión. Y esto debe ser tenido en cuenta por entrenadores, pero también por los padres. Un niño debe divertirse practicando deportes; cuando la diversión deja lugar a otro tipo de cuestiones que están más relacionadas con los sueños de los padres que con los sueños de los hijos, entramos en un terreno complicado. El deporte en niños no debe perder nunca su condición fundamental de ser un juego. El niño que no disfruta practicando un deporte no debe ser obligado a practicarlo.
Pero, pese a ser una actividad eminentemente lúdica en los niños, el deporte es una poderosa herramienta para fomentar la socialización. Vamos a mencionar algunas de las características más importantes que presenta la práctica de deportes en general para los niños, pero del rugby en particular, respecto a la socialización:
  • Aceptación de las reglas del juego: el rugby no es sólo un juego que se practica ajustándose a las leyes, sino que también se juega dentro del espíritu de sus leyes. El niño que lo practica debe ir incorporando y aceptando estas leyes, pero además debe obedecerlas, respetarlas y hacerlas obedecer a quienes juegan con él. Es mediante la disciplina, el control y el respeto mutuo que se forja una fraternidad y el sentido de juego limpio que predomina en la práctica de este deporte.
  • Aceptación de los roles e intercambio de los mismos: los niños van probando las distintas posiciones que pueden tener dentro del campo de juego, incorporando conocimientos específicos de cada una, experimentando sus aptitudes y evaluando en qué posición encuentran su mejor posibilidad de juego.
  • Respeto por la autoridad: el papel del referee es muy claro dentro de una cancha de rugby; sus decisiones no se discuten y el único que puede hablar con él es el capitán del equipo. La claridad de estas normas son fundamentales a la hora de incorporar a los niños a un sistema social donde deben respetarse las leyes, donde las leyes deben ser claras y donde la autoridad debe aplicar las leyes con buena fe.
  • Aceptación de la diversidad: el rugby es un juego para todos, donde pueden participar altos y bajos, delgados y robustos; es un juego para todas las formas y tamaños. Cada posición, sin embargo, requiere atributos físicos y técnicos distintos, y es esta diversidad la que permite que el niño aprecie el aspecto físico de cada compañero de una forma distinta y no meramente estética.
  • Fomento del compañerismo: el rugby es un juego en el que el objetivo es trasladar la pelota más allá de la línea del in gol de los oponentes para apoyarla en el suelo y poder marcar puntos… parece simple, pero no lo es tanto. Para avanzar la pelota se puede jugar con las manos, pero pasándola hacia atrás; se puede patear hacia adelante, pero para ello los compañeros del equipo pateador deben estar detrás de la pelota en el momento en que la pelota es pateada… y así podemos seguir. Todas estas características complejas del rugby crean la necesidad de hacer un buen trabajo en equipo y de tener una gran disciplina, ya que no es un juego individual, sino fundamentalmente de equipo. Los compañeros deben apoyar al que porta la ovalada para que este pueda pasarla… esto hace que deba fomentarse la posibilidad de la internalización de la imagen del compañero (tema sobre el cual dedicaremos una nota especial más adelante), todas situaciones que sólo son posibles cuando se facilita el compañerismo, el conocimiento y el espíritu de equipo.
  • Respeto por el circunstancial adversario: en general, en rugby se considera que un equipo juega “con” otro en la cancha, y no “contra” otro… el partido no se podría jugar de no existir otro equipo. Si bien esto se da en otros deportes, la práctica del tercer tiempo, favorecen el juego limpio y facilitan el conocimiento de otros niños con quienes trabar amistad.
Estas son sólo algunas de las características más destacadas a la hora de pensar la influencia positiva que puede ejercer la práctica del rugby en el desarrollo psicológico infantil.

Los valores del rugby: la humildad


palos-rugby

El rugby es un deporte de equipo, un juego donde el todo suma más que las partes, donde 15 suman 20, y 1 resta 10, en el que el “nosotros” está por encima del “yo”.
Sin miedo a equivocarse, se puede afirmar que el rugby es el deporte colectivo por antonomasia. Y es esa colectividad la que hace que emanen reglas no escritas, adopciones comunes a todos los practicantes, que generan conductas para que el juego pueda llevarse a cabo con orden y un equipo pueda conseguir la máxima eficiencia del conjunto de sus integrantes. Esas conductas, a base de repeticiones para lograr la excelencia, han quedado tatuadas en la esencia de todos los rugbiers, sean del país que sean y compitan al nivel que compitan. Conductas que, con su perpetuación a lo largo de décadas, se han convertido en las actitudes reconocibles de este deporte, las señas de identidad del rugby, que traspasan los campos de juego y arraigan en la vida diaria de sus practicantes: se han convertido en sus valores, y el rugbier se ha convertido en su embajador en todas sus facetas de la vida.
Después de empezar con el valor de los valores, aquel que aglutina a todos los demás –el respeto-, hoy es el turno de la humildad, el valor que hace de los rugbiers buenas personas tanto en el campo como fuera del campo.
Y para hablar de la humildad tenemos que volver a la esencia de nuestro deporte: el juego en equipo, donde 15 suman 20 y etcétera, etcétera. Porque siendo humilde, el jugador de rugby se da cuenta que necesita a sus compañeros para alcanzar nos mismos objetivos, y que intentar destacar por encima de ellos, hacerles sombra, ningunearlos o jugar sin contar con ellos sólo tiene una consecuencia: la pérdida del partido.
Siendo conscientes de nuestras limitaciones, los rugbiers sacamos nuestro mayor potencial y actuamos en consecuencia. En un deporte tan abierto como el rugby, donde hay un lugar para todos, todo jugador tiene unas virtudes para diferentes posiciones y funciones dentro del campo, por eso el resultado depende del esfuerzo de todos, de la suma de virtudes, y no del que más virtudes tenga.
Y esta premisa la tenemos todos los jugadores muy presentes cuando estamos en el terreno de juego. Sólo tenemos que levantar la vista y mirar hacia los palos, esa gran H, que nos recuerda que la H-umildad es la base del rugby y el concepto más importante para jugarlo.

10/12/15

Los 7 pecados capitales de un jugador de Rugby

Si eres jugador de rugby  o fiel seguidor de su filosofía , debes conocer los 7 pecados que nunca debes cometer en nuestro deporte:

1. Mostrarte intimidado por el contacto con la oposición


2. Usar botines muy "llamativos"


3. Soltar estrepitosamente la pelota en el tackle... o peor, al momento de anotar el try.


4. Dejar que tu contrario llegue al ingoal y anote bajo los palos, sin ni siquiera intentar tacklearlo



5. Comerte un try por no querer pasar la pelota.


6. Derramar la cerveza (en otro lugar que no sea la cabeza de algún compañero de equipo) durante el tercer tiempo

 



7. Que un pilar que gane en velocidad

(uhhhhhhhhhh!)


Valores y objetivos del Rugby Infantil



CODIGO DE JUGADORES

 Jugá por el placer de hacerlo, no solamente para complacer a tus padres o a tus entrenadores
Jugá de acuerdo a las reglas
Nunca discutas las decisiones del réferi
Controla tu carácter – no gesticules
Esforzarte de igual forma por tu propio bien y por el del equipo – el rendimiento de tu equipo mejorará, como así también el tuyo
Se buen deportista – aplaudí el buen juego, sea de tu propio equipo o de tu oponente
Trata a tus compañeros y a tus oponentes de la misma forma que quisieras ser tratado
 Recordad que el propósito del juego es diversión, mejorar las destrezas y sentirse bien – juga para tu equipo
Coopera con los entrenadores, compañeros, oponentes y réferi, pues sin ellos no sería posible jugar al rugby
Participa y disfruta del Tercer Tiempo Hacerte amigos jugando al rugby – los resultados pasan, los amigos perduran

CODIGO DE PADRES
No obliguen a participar a un chico que no lo desee
Recuerden que los chicos participan para su propia diversión y no para la suya
Alienten a su hijo a jugar siempre de acuerdo a las reglas
Enseñen a su hijo que el esfuerzo honesto es tan importante como la victoria, para que el resultado de cada partido sea aceptado sin una indebida desilusión
Convierta una derrota en victoria ayudando a su hijo a mejorar sus destrezas y a ser un buen deportista – nunca ridiculice o grite a su hijo por cometer errores o porque se pierda un partido Recuerde que los chicos aprenden mejor mediante el ejemplo – aplauda el buen juego de su equipo y el del oponente
No cuestione las decisiones del réferi y su honestidad
Apoye todos los esfuerzos para eliminar los abusos físicos y verbales del rugby
Reconozca el valor y la importancia de los entrenadores voluntarios – aportan su tiempo y esfuerzo para brindar una actividad recreativa a sus hijos
Contribuya a que los chicos entiendan la importancia del Tercer Tiempo
Ayude a que su hijo comprenda las diferencias entre los partidos que ellos juegan y los partidos de adultos que presencian o ven en la TV

 OBJETIVOS DEL RUGBY INFANTIL
 Objetivos generales:
 1- Perder el miedo al contacto con el suelo, la pelota, adversario y compañero.
2- Desarrollar el concepto de avanzar.
3- Comprender las reglas fundamentales como para poder jugar.

Objetivos Específicos Tácticos:
1- Dominar las situaciones de contacto en las que se procura avanzar.
2- Percibir, en forma muy básica, el espacio, el tiempo, los compañeros y los adversarios.
3- Tener una ubicación básica en la cancha a partir de formaciones fijas.

Objetivos Específicos Técnicos:
1- Proteger, conservar y liberar la pelota en el contacto.
2- Detener al adversario por medio del tackle.
3- Desarrollar las destrezas individuales del pase, la recepción, levantar la pelota del suelo y correr con la pelota.
4- Iniciar la técnica individual básica para la participación en las formaciones fijas.

VALORES DEL RUGBY INFANTIL RESPETO – al referi, a los contrarios, a los entrenadores, a los compañeros, a si mismos, a las reglas; disciplina; humildad ESFUERZO – dar el máximo de cada uno, ser perseverante, tener ganas de aprender ESPIRITU DE EQUIPO – solidaridad, compromiso, responsabilidad, ganas de participar

4/12/15

Los valores del rugby, para combatir la deserción escolar

Los lazos que Mauricio y sus amigos construyeron mientras jugaban al rugby en su adolescencia sirvieron para que muchos años más tarde, ya adultos, la amistad perdurara. Ahora, también con una pelota ovalada, ellos ayudan a que otros chicos construyan, además de amistades, un futuro. Esa es la premisa que impera en el club Calfucurá, que además de deporte gratuito ofrece clases particulares con el objetivo de disminuir la deserción escolar en Santa Rosa, La Pampa.
"A través del deporte quisimos dar un soporte, una ayuda a la educación", le cuenta a Clarín Mauricio Piombi, uno de los fundadores de la organización en la que hoy se benefician unos 75 chicos de entre 5 y 14 años. "Nuestra idea era que los chicos fueran a la escuela, que quienes ya concurrían pasaran de grado, y que quienes aprobaban tuvieran mejores notas", recuerda sobre el inicio del club, a finales del 2010.
Aquel origen fue motivado por Fernando Fernández, quien, durante su estadía en Buenos Aires, había participado de un proyecto de rugby social en el Virreyes Rugby Club. "Nosotros lo que hicimos fue tratar de adaptarlo a nuestra idiosincrasia y a las necesidades de nuestra ciudad, en la cual muchos chicos de entre 12 y 14 años dejaban la escuela para ponerse a trabajar".

¿Cómo se nuclearon el rugby y el colegio? En primer lugar las prácticas, desarrolladas miércoles y viernes, además de los encuentros deportivos de los fines de semana, sirvieron para desarrollar entre los chicos valores. "Hay pibes a los que les ha cambiado la cabeza, el respeto por las instituciones, por el docente, por la escuela, que la educación es base fundamental para desarrollarse", señala Piombi, abogado y actualmente juez del fuero penal.
Los resultados emocionan a Mauricio, quien cuenta: "Uno de estos chicos, por ejemplo, vio que en la educación había una salida para ser alguien y no solo terminó el colegio sino que decidió estudiar en el Liceo Militar de Buenos Aires".
Al mismo tiempo, el contacto semanal ayudó a monitorear la realidad escolar de cada chico. Y a partir del diagnóstico, llegó la intervención: desde el club, consiguieron un convenio para que el colegio privado Santo Tomás le pague a un grupo de sus docentes para que cada martes y jueves se traslade a la escuela pública número 201 y brinde clases de apoyo en la que no solo participan los chicos de Calfucurá, sino también de todo el barrio Alma Fuera. Además, los miércoles el colegio también aporta un asistente social que va a presenciar el entrenamiento.
Otro de los convenios que apunta a mejorar el rendimiento académico es un con un gimnasio de la zona: aquellos alumnos que mantengan buen promedio pueden acceder en forma gratuita.
Un lugar abandonado que resurge por la cooperación de todos
Alma Fuera, donde se encuentra el club, es más conocido como el barrio El Molino por aquel viejo molino abandonado que se enmarca en su paisaje. Se trata de un lugar precario, de gente trabajadora, donde el rugby constituía toda una novedad. "Este país está muy acostumbrado al fútbol y es difícil introducir el rugby en ciertos lugares. Pero una vez que comienzan se forma el grupo de amigos, el cual contagia", dice Mauricio. "Así vamos logrando con esos mismos chicos que otros más lleguen al deporte. Ellos se encuentran contenidos y son felices", reflexiona mientras prepara el viaje del fin de semana a Monte Hermoso, en el cual varios chicos conocerán el mar.

Además de Mauricio, Matías Traba, Mariano Alomar, Carlos Chapalcaz, Maximiliano Abalos, Adolfo Molas, Fernando Fernández, el presidente, conforman el grupo de fundadores de Calfucurá, quien por detrás cuenta con un equipo de trabajo compuesto de de varios voluntarios y de dos profesores de Educación Física pagos. "Siempre quisimos que exista profesional o docente, más allá de que es importante contar con el que tiene experiencia de jugadores de rugby", explica Piombi.
Sin embargo, otra parte importante del grupo de trabajo lo constituyen los mismos jóvenes que pasaron por el club. El sistema funciona así: quienes cumplen 14 años son becados por Calfucurá para jugar en Santa Rosa Rugby, un club tradicional de la ciudad. La institución de origen se hace cargo de los gastos de cada viaje, a cambio del cual los chicos entrenan a las divisiones inferiores. "Está buenísimo porque hay un intercambio entre los chicos que pasaron por las inferiores y los nuevos", sintetiza Piombi.
A su vez, varios voluntarios, organizados en equipos, colaboran para servir tras cada entrenamiento una merienda en cada práctica. A esta tarea de dar de comer también se suman donaciones de panaderías y una organización que aporta la leche. "Conseguimos todo con la voluntad de la gente y el esfuerzo de Fernando, que es una topadora", comenta con una sonrisa Mauricio.
Los esfuerzos propios y las donaciones de voluntarios son el principal sustento para Calfucurá. No obstante, este año recibieron una ayuda del Ministerio de Salud, que donó 50 mil pesos, con los cuales se compraron materiales de construcción. Es que así como aprenden sobre cooperación y empuje en una cancha de rugby, los mismos chicos y sus padres protagonizan otro hecho que llena de orgullo al club: construyen un quincho que podrán usar para actividades educativas y sociales.


"Queríamos que se levantara con la ayuda de los propios interesados, eso fortalece lo que tiene que ver con la pertenencia", resume el abogado, lleno de satisfacción. Cada fin de semana, entonces los chicos eligen usar su tiempo de descanso para construir juntos mucho más que paredes. Algo que en el club lo explican muy bien: "Queremos que conozcan los valores del rugby, de la disciplina, el esfuerzo, trabajo en equipo y lograr hombres honestos y educados".

2/12/15

El rugby, valores dentro y fuera de la cancha



El rugby, para quienes nunca lo jugaron ni lo siguieron como simpatizantes, resulta un deporte casi inentendible. Para quienes sí lo hemos jugado, es una vacuna que prende para toda la vida. 
El reglamento del rugby, conocido como las Leyes del Juego, antes de adentrarse en las leyes, propiamente dichas, desarrolla los Principios del Juego. 
Estos Principios, refieren a los valores humanos que lo rigen, y que son el sustento, a las 22 leyes, que junto a las variaciones para menores y seven, regulan el juego. 
No es casualidad, ni un dato menor, que antes de desarrollar las reglas nos encontremos con estos principios, los cuales podrían considerarse tradiciones y costumbres añejas, pero se han sostenido a lo largo del tiempo, tanto en el amateurismo como en el rugby profesional y a pesar de ser valores centenarios, los mismos mantienen plena vigencia y aseguran un futuro para este deporte. 

CONDUCTA Y ESPÍRITU. En un juego donde es aceptable la presión extrema sobre el rival, la conducta de un jugador, es el límite, entre la presión aceptada por el reglamento y la posibilidad de lastimar a un rival. 
El espíritu, basado en la camaradería, amistad, respeto por las normas, los rivales y referee, obliga al jugador a cumplir con las reglas del juego y respetar los principios del fair play. 
El rugby es un deporte que les da la posibilidad a todos de jugarlo. El alto y el bajo. El gordo y el flaco. El rápido y el lento. Todas las personas, no importa sus características físicas, todos pueden ser parte del equipo. 
Un equipo se construye en los entrenamientos de la semana, en los partidos y en los terceros tiempos. Un equipo donde el jugador más destacado puede ser quien no haya tocado la pelota en todo el partido. Donde un grupo de jugadores, compuesto por 15 integrantes, se esfuerza para que uno termine luciéndose anotando el try. 


Un equipo donde sin solidaridad no hay futuro y donde no existen los salvadores. No existe un jugador que solo él, por sus acciones, pueda sostener a todo el equipo, sino que, sí o sí, se necesita del equipo. 
Equipo donde hay roles y funciones, donde hay líderes y hay “soldados”, donde hay tomadores de decisiones y quienes confían en esas decisiones y las apoyan. Y donde las amistades duran toda la vida. 
Quienes se forman de esta manera es muy posible que se manejen del mismo modo en la vida. 
Donde se respeten las reglas, donde nuestro competidor sea nada más que eso y no nuestro enemigo. Donde las decisiones se tomen pensando en el bien común y todos las apoyen por la confianza que generan. Donde la solidaridad no aparezca solo ante una gran catástrofe y sí pueda manifestarse y vivirla, en el día a día, en nuestra actividad regular. Donde el sentimiento de hermandad sea algo natural y no extraordinario. 


¿Podremos trasladar esta escuela de vida fuera de la cancha? 


¿Podremos vivir las leyes, como reflejo de los principios y valores que nos legaron los padres de nuestro país? 


Lindo desafío, ¿no?