
Golearon por 55 a 7 a los Barbarians, que hace una semana le dieron una paliza a Inglaterra. Australia apoyó nada menos que ocho tries y fue superior en todos los aspectos del juego.
Fue música para los oídos de los fans aussies, que vieron como su equipo retomó la buena forma que alcanzó en 2008, como si estuviesen jugando juntos desde hace meses y no apenas seis días.
Poco pasó para que los de amarillo crucen la línea. Un kick al fondo, rápido reposicionamiento ofensivo y una entrada a toda velocidad con ángulo cambiado puso al segunda línea James Horwill adentro del ingoal para alegría de los casi 38.000 espectadores tras seis minutos de juego.
Stirling Mortlock, capitán local, demostró que la cosa era seria cuando pidió palos tras un penal a favor. Más tarde los locales golpearon de nuevo gracias a un esfuerzo de Drew Mitchell. El wing prendió motores y dejó a tres marcas en el camino para apoyar el segundo y dejar las cosas 13-0.
Para colmo, y casi dedicado para Lote Tuqiri, que fue dejado afuera del partido por decisión del coach Robbie Deans, el otro wing de los Wallabies, Lachie Turner se combinó con Barnes y con Burgess para terminar tackleado justo adentro del ingoal; 20-0.
Australia, que fue certero en ataque, tampoco perdonó en defensa. Mantuvo el control del partido con tackles rigurosos y una organización que también le dará dolores de cabeza a Francia, su próximo rival.
Apenas una oportunidad tuvieron los Barbarians para romper el cero y no quedarse zapateros antes del cierre del primer tiempo. El kiwi Luke McAlister se escapó en sus propias 22, asistió al medio scrum Whitaker, que se sacudió una marca y le dejó la pelota al velocista Iain Balshaw. El inglés puso quinta y se escapó pegadito al touch para darle a los visitantes la única alegría del partido.
En el complemento el combinado internacional salió decidido a recuperar terreno. Pero cada ataque se frustró ante el trabajo defensivo de los Wallabies.
Con un rival diezmado anímicamente por su imposibilidad de anotar, los dueños de casa no perdonaron y llegaron al ingoal otras cinco veces para completar la goleada 55-7 en una actuación que ilusiona ante la cercanía del Tres Naciones.
Un dato para tener en cuenta: el entrenador Robbie Deans recibió una ayuda especial. A su lado, tras colaborar toda la semana, estuvo el argentino Patricio Noriega.