El equipo de Marc Lievremont volvió a sorprender a los All Blacks y se llevó un triunfazo por 27-22 de Carisbrook gracias a una gran defensa y a la persistencia ofensiva. Fueron tres tries contra dos.
Se dieron dos cosas en Dunedin: la visita tuvo un buen partido y los dueños de casa performaron bajo las expectativas. Pero a pesar de esto no se le puede quitar mérito a los europeos, que merecieron el triunfo en todo momento.
Julien Dupuy, el medio scrum que juega en el Leicester inglés, abrió la cuenta con un penal gracias al trabajo del pack francés en el maul. Los de negro respondieron rápidamente con la puntería de Stephen Donald.
Con el dominio territorial y una fuerte actuación en los rucks, no sorprendió que Francia pegara primero en los metros finales. El apertura Francois Trinh-Duc se disfrazó de He-man, bancó cuatro tackles kiwis, y abrió la cuenta en los ingoales.
Con la conquista, creció la confianza bleu y se vieron destellos del extraordinario rugby champagne. Las burbujas comenzaron desde el fondo, con una contra de Louis Picamoles. Luego Maxime Medard, Vincent Clerc y Cedric Heymans -los tres del Toulouse- demostraron su clase para trepar la cancha a toda velocidad y darle la posibilidad al potente William Servat de firmar el segundo try del partido.
¿Y los All Blacks? Durante la media hora inicial estuvieron desconocidos. Les costó sumar fases ofensivas y sus tackles parecían de papel. Para colmo, cuando se acercaron a la zona de peligro francesa, un error de manejo les impidió volverse con puntos.
Sin embargo, justo antes del descanso se las arreglaron para sumar y mantener el partido a tiro. Donald acertó otro penal y Liam Messam se coló en el ingoal para poner las cosas 17-11 en favor de la visita.
El envión le alcanzó a los de Graham Henry para ponerse a mano en el complemento con dos penales más de su apertura.
Tarde, pero seguro, llegó la respuesta francesa. Dupuy encontró los palos nuevamente en los que fueron los primeros puntos de la visita en 37 minutos. El golpe de knock out llegó en las manos del talentoso fullback Maxime Medard, que interceptó un pase de Luke McAlister y liquidó el encuentro.
Con cuatro minutos en el reloj, Ma'a Nonu intentó el último esfuerzo y cerró el score en el 27-22 definitivo. Fue muy poco y muy tarde para los All Blacks, que volvieron a caer ante los fantasmas de Francia.