Los Pumas volvieron a jugar en el estadio de Vélez tras un año (la última vez había sido en junio del 2008). Alrededor de 30 mil personas, le dieron un marco de fiesta a la tarde. El gran protagonista fue Rimas Alvarez.
Luego de un año, los porteños volvieron a ver de cerca de Los Pumas. Si bien las condiciones climáticas no fueron las mejores, la gente se acercó masivamente a Vélez para acompañar al equipo de Phelan en su último partido en el país. Y con las tribunas colmadas en tu totalidad, la fiesta estuvo Bárbara.
Como es costumbre, cientos de chicos concurrieron con las camisetas de sus clubes, acompañados por sus entrenadores. Aunque también alguno que otro apareció con la nueva camiseta Puma.
Luego de un año, los porteños volvieron a ver de cerca de Los Pumas. Si bien las condiciones climáticas no fueron las mejores, la gente se acercó masivamente a Vélez para acompañar al equipo de Phelan en su último partido en el país. Y con las tribunas colmadas en tu totalidad, la fiesta estuvo Bárbara.
Como es costumbre, cientos de chicos concurrieron con las camisetas de sus clubes, acompañados por sus entrenadores. Aunque también alguno que otro apareció con la nueva camiseta Puma.
Pero la tarde gris de Liniers tuvo un protagonista estelar y se trató de Rimas Álvarez. Un tanto emocionado, el ex hombre de Pucará, jugó su último partido con la camiseta de Los Pumas y, por eso, en las tribunas se llegaron a ver varias banderas con dedicatorias para el Flaco.
“Gracias por la garra y el corazón” se pudo leer en una de ellas. Y el momento emotivo llegó cuando a los diez minutos de la segunda etapa, Rimas dejo la cancha envuelto en una cálida ovación. Hasta el francés Nicolas Durand, compañero de él en el Perpignan, se prendió con los aplausos.
En el entretiempo del test, una linda coreo de reggeaton sacó la modorra del entretiempo y el frío de la tarde. Luego, unos chicos patearon una serie de drops y con el sonido de fondo los bombos.
Para el cierre de la tarde, Los Pumas se guardaron dos tries que sirvieron para completar una tarde bárbara y redondear así el segundo éxito en la primera ventana internacional del año.
“Gracias por la garra y el corazón” se pudo leer en una de ellas. Y el momento emotivo llegó cuando a los diez minutos de la segunda etapa, Rimas dejo la cancha envuelto en una cálida ovación. Hasta el francés Nicolas Durand, compañero de él en el Perpignan, se prendió con los aplausos.
En el entretiempo del test, una linda coreo de reggeaton sacó la modorra del entretiempo y el frío de la tarde. Luego, unos chicos patearon una serie de drops y con el sonido de fondo los bombos.
Para el cierre de la tarde, Los Pumas se guardaron dos tries que sirvieron para completar una tarde bárbara y redondear así el segundo éxito en la primera ventana internacional del año.