
San Jorge Rugby Club nació como institución el 16 de mayo de 1988, como iniciativa de un grupo de jóvenes amantes de este deporte y comandados por Mario Quintana, quién fue el iniciador de este sueno. Con el transcurso del tiempo NUESTRO CLUB ha crecido en lo deportivo , institucional y social y en consecuencia los logros deportivos se hicieron presentes, siendo actualmente el más importante y tradicional en toda la Provincia tanto en Rugby como en Hockey femenino.-
28/10/16
Te extraño....
La culpa de todo la tuvo la pelota. La pelota de rugby...
Una vez que la has tocado, te quedas atado a ella. Una pelota de rugby entre las manos constituye un viaje sensorial, no importa dónde ni en qué situación de la vida la toques.
Una pelota de rugby está hecha de una materia falsamente artificial. Puede que sólo sea goma inflada, pero su antropomórfica composición tiene algo que te eriza la piel. Para empezar, nadie sabe qué hacer con una pelota ovalada. Salvo nosotros, que hemos aprendido a hacer que rebote sobre su lado justo para que nos vuelva a las manos.
El cerebro sabe aún más que nosotros mismos. Hay sonidos (el repiqueteo de los tapones en las baldosas del vestuario cuando sales a la cancha), hay olores (el pasto que te pega en la cara en el fondo de un ruck, las cremas que calientan los músculos en el vestuario y que persisten cuando sacas la ropa de jugar del lavarropas), hay sabores (el de la cerveza y otros que no se nombran) y hay texturas que el cerebro de un jugador de rugby reconoce de inmediato.
Todas remiten a una sola: las sensaciones que uno tiene en la cancha cuando toca una guinda. La urgencia de avanzar con ella hasta donde te dé el aliento, la obligación de usarla bien, el rearme muscular frente a los golpes que vienen, la claridad para buscar espacios, evitar hombres, reconocer compañeros y no perderla. La nostalgia del rugby es traicionera, así que conviene no tener pelotas de rugby en casa.
Porque puede suceder que uno esté al pedo en el sofá, toque la pelota como para entretener algo en las manos y... ese simple roce supone un peligro mayor… enseguida dan ganas de metérselo entre el brazo y el vientre y cargar contra las 32 pulgadas del LCD.
Ellas no lo entienden y te mirarán mal, haciéndote sentir raro o fuera de contexto, porque ellas no saben lo que se siente cuando uno gana la línea de ventaja en un partido.
Ganar la línea de ventaja con un balón de rugby en las manos es como saltar por encima de las trincheras enemigas con un bebé envuelto en los brazos. Todos te quieren matar o bien están dispuestos a deshacerte los tobillos a mordiscos o a descerrajarte un tiro en la cabeza.
Vos estás resuelto a morir si hiciera falta, porque una pelota en las manos te abandona en un territorio de pasiones trascendentales que te hacen sentirte un héroe... Pero antes tenes que entregar al bebé perfumado, sano y salvo. Ellas no lo entienden. No entienden que con la pelota en las manos uno no puede quedarse quieto. Hay que avanzar por huevos. Y si hace falta comprar una televisión nueva… se compra y a la mierda. (autor anonimo)
Las estrategias del Samurai
En este brevísimo resumen, se enumeran las pautas, códigos y “mandamientos internos” que hacían a la vida y la ética guerrera de los samurais. En este caso, se trata del código de conducta de Musashi Miyamoto, el samurai más famoso, y lo que sigue está tomado de su libro “Book of five rings”.
Olvidémonos de eso por un instante, pensemos en nuestro juego e imaginemos que estamos planeando un partido contra un duro rival… no resultaría útil tener en cuenta todo esto…???
Echemos un vistazo…
Echemos un vistazo…
1. Establecer objetivos. Mientras más difícil sea, más esfuerzo se necesitará.
2. Autodisciplina. La única y verdadera disciplina
3. Entrenarse para ganar. Ejercitarse física y mentalmente.
4. Estar preparado. Conocerse a sí mismo, conocer sus armas, conocer al rival. Estar en condiciones de tomar decisiones rápidas. Mientras más preparado se está, más posibilidades de éxito. No alcanza con sentirlo, hay que trabajar duro.
5. No encasillarse en lo tradicional. Aprender a reconocer la esencia de cada cosa, de uno mismo, de la tarea a realizar. Aplicar lo más conveniente a cada situación.
2. Autodisciplina. La única y verdadera disciplina
3. Entrenarse para ganar. Ejercitarse física y mentalmente.
4. Estar preparado. Conocerse a sí mismo, conocer sus armas, conocer al rival. Estar en condiciones de tomar decisiones rápidas. Mientras más preparado se está, más posibilidades de éxito. No alcanza con sentirlo, hay que trabajar duro.
5. No encasillarse en lo tradicional. Aprender a reconocer la esencia de cada cosa, de uno mismo, de la tarea a realizar. Aplicar lo más conveniente a cada situación.
6. Integridad absoluta. Sentido de justicia y lealtad. Honestidad, disciplina y perseverancia. Teniendo esto claro, sólo hay que enfocarse en la tarea a realizar.
7. Entrenar la mente. Debe entrenarse desde la infancia, eso provee la disciplina necesaria para enfrentar adversidades. Ser diligente, responsable y sin temores. Aprender a actuar en situaciones difíciles.
8. Tener la mente clara. Desarrollar la capacidad Zen de “poner la mente en blanco”, eliminando el conjunto de imágenes que interfieren en nuestra mente. Emplear la meditación. La mente en blanco lleva al “no ego”, al sentido más despojado. Hacer que cada momento sea único, limpio y natural, sin “contaminaciones” externas.
9. El poder del “vacío”. No dejar que la mente sea interferida por el accionar o las palabras de nadie. Eso sólo trae temores, preocupaciones y otros pensamientos que sólo distraen de la tarea a realizar. Deja a tus bien entrenados mente y cuerpo hacer lo que están preparados para hacer.
7. Entrenar la mente. Debe entrenarse desde la infancia, eso provee la disciplina necesaria para enfrentar adversidades. Ser diligente, responsable y sin temores. Aprender a actuar en situaciones difíciles.
8. Tener la mente clara. Desarrollar la capacidad Zen de “poner la mente en blanco”, eliminando el conjunto de imágenes que interfieren en nuestra mente. Emplear la meditación. La mente en blanco lleva al “no ego”, al sentido más despojado. Hacer que cada momento sea único, limpio y natural, sin “contaminaciones” externas.
9. El poder del “vacío”. No dejar que la mente sea interferida por el accionar o las palabras de nadie. Eso sólo trae temores, preocupaciones y otros pensamientos que sólo distraen de la tarea a realizar. Deja a tus bien entrenados mente y cuerpo hacer lo que están preparados para hacer.
10. Aprender de los rivales. Desarrollar la habilidad de observar, aprender y adaptarse. Estudiar al rival, sus fortalezas y debilidades. Y utilizar este aprendizaje para derrotarlo.
11. Prestar atención a los detalles. Muchas veces de eso depende la victoria.
12. El poder del silencio. El silencio tiene forma y esencia, y es de gran ayuda para controlar la mente y para comunicarse con el entrono. Además, la estrategia propia permanece desconocida para el rival, genera temor y misterio en él. No revelar nunca planes ni intenciones propias. No mostrar al rival las propias emociones o sentimientos otorga una ventaja ya desde antes del encuentro.
13. Cambiar las “reglas” del encuentro. Siempre utilizar el poder del comportamiento inesperado; eso desconcierta al oponente.
14. El poder del temor. Usarlo para debilitar al adversario. Infundir temor en él.
11. Prestar atención a los detalles. Muchas veces de eso depende la victoria.
12. El poder del silencio. El silencio tiene forma y esencia, y es de gran ayuda para controlar la mente y para comunicarse con el entrono. Además, la estrategia propia permanece desconocida para el rival, genera temor y misterio en él. No revelar nunca planes ni intenciones propias. No mostrar al rival las propias emociones o sentimientos otorga una ventaja ya desde antes del encuentro.
13. Cambiar las “reglas” del encuentro. Siempre utilizar el poder del comportamiento inesperado; eso desconcierta al oponente.
14. El poder del temor. Usarlo para debilitar al adversario. Infundir temor en él.
15. Confundir al rival. Usar señuelos, pistas falsas, engañarlo, eso da al rival poco tiempo para reaccionar.
16. Usar la mente como un arma. Dominar psicológicamente al rival. Tratar de destruir su concentración.
17. Ver lo que no se ve. Ver “más allá”. Meditar. Llegar a un grado de percepción de lo que nos rodea que nos permita estar conectados y serenos. Que nada se nos escape.
18. No aferrarse a un estilo. Desarrollar un único estilo es una debilidad. Hay que poder cambiar de táctica cuando resulta obvio que la táctica habitual no está funcionando.
19. La importancia de la flexibilidad. Ser como el agua, que se retira o se estanca y al ser liberada vuelve como un torrente, con más fuerza.
16. Usar la mente como un arma. Dominar psicológicamente al rival. Tratar de destruir su concentración.
17. Ver lo que no se ve. Ver “más allá”. Meditar. Llegar a un grado de percepción de lo que nos rodea que nos permita estar conectados y serenos. Que nada se nos escape.
18. No aferrarse a un estilo. Desarrollar un único estilo es una debilidad. Hay que poder cambiar de táctica cuando resulta obvio que la táctica habitual no está funcionando.
19. La importancia de la flexibilidad. Ser como el agua, que se retira o se estanca y al ser liberada vuelve como un torrente, con más fuerza.
20. Asegurarse de ver “más allá”. Ver “the big picture”. No enfocarse en una idea en particular. Darnos cuenta de todo lo que ocurre, como si nuestros ojos fueran una cámara gran angular. Sentirse como un espectador de nuestra propia batalla. Observar la periferia, el background. No enfocarse en una sola cosa durante demasiado tiempo.
21. Usar el tiempo como arma. Pensar en el tiempo en forma circular, cíclica, no lineal. Así encontraremos el “time gap” para sacar ventaja sobre el oponente.
22. Nunca dejar de aprender. La ética del aprendizaje continuo, que no sólo se aplica a las artes del combate (nota: en este caso, del juego). Eso expande tus horizontes como ser humano.
23. Golpear primero, golpear duro. Golpear cuando el adversario no lo espera, agarrarlo desprevenido. No darle nunca la oportunidad de lograr una posición fuerte.
24. Usar todas las armas. Cree en Dios, pero no dependas de él. Ataca cuando el rival ataca, o inmediatamente después.
21. Usar el tiempo como arma. Pensar en el tiempo en forma circular, cíclica, no lineal. Así encontraremos el “time gap” para sacar ventaja sobre el oponente.
22. Nunca dejar de aprender. La ética del aprendizaje continuo, que no sólo se aplica a las artes del combate (nota: en este caso, del juego). Eso expande tus horizontes como ser humano.
23. Golpear primero, golpear duro. Golpear cuando el adversario no lo espera, agarrarlo desprevenido. No darle nunca la oportunidad de lograr una posición fuerte.
24. Usar todas las armas. Cree en Dios, pero no dependas de él. Ataca cuando el rival ataca, o inmediatamente después.
25. El ejemplo del carpintero. El carpintero conoce perfectamente todas sus herramientas, y saca el mayor provecho de ellas siempre. Mejorar al máximo el conocimiento de las armas propias.
26. Tomar la iniciativa. Hacer que el rival reaccione a nuestros actos, y no al revés. Y si hay que reaccionar, reaccionar con más fuerza que el ataque recibido. Nunca permitir que el rival tome el control.
27. Conocer el entorno. El día, el clima, el estado del campo, la hora, etc.
28. Detectar cuando el rival decae. Tratar de reconocer cuándo el rival se afloja, duda o pierde energía.
29. Transformarse en el adversario. Tratar de meterse en su mente para pensar como él piensa y poder anticiparlo y contrarrestarlo.
26. Tomar la iniciativa. Hacer que el rival reaccione a nuestros actos, y no al revés. Y si hay que reaccionar, reaccionar con más fuerza que el ataque recibido. Nunca permitir que el rival tome el control.
27. Conocer el entorno. El día, el clima, el estado del campo, la hora, etc.
28. Detectar cuando el rival decae. Tratar de reconocer cuándo el rival se afloja, duda o pierde energía.
29. Transformarse en el adversario. Tratar de meterse en su mente para pensar como él piensa y poder anticiparlo y contrarrestarlo.
30. Confundir al rival. Provocar que el adversario nos subestime. Ser humildes.
31. No ser previsible. Evitar que el rival nos tome el tiempo. Desarrollar nuevas formas de vencer permanentemente.
32. Hacer que el adversario cambie su estilo de lucha. Hacer que se sienta incómodo, obligarlo a luchar en el terreno que menos prefiere.
33. Actuar “como si estuvieras muerto”. Esto es: sin temores, sin condicionamientos, como si no tuviéramos nada que perder.
34. Tener un plan alternativo. Nunca permitir que nos pongan entre la espada y la pared.
31. No ser previsible. Evitar que el rival nos tome el tiempo. Desarrollar nuevas formas de vencer permanentemente.
32. Hacer que el adversario cambie su estilo de lucha. Hacer que se sienta incómodo, obligarlo a luchar en el terreno que menos prefiere.
33. Actuar “como si estuvieras muerto”. Esto es: sin temores, sin condicionamientos, como si no tuviéramos nada que perder.
34. Tener un plan alternativo. Nunca permitir que nos pongan entre la espada y la pared.
35. Nunca dar segundas chances al adversario. No dejar que el oponente se recupere, aunque esté perdiendo o retrocediendo. No detenerse hasta la victoria final.
36. Destruir el espíritu del adversario. No detenerse hasta derrotar espiritualmente al adversario; no dar lugar a revanchas.
37. La importancia del arte en la vida. Aprender otras habilidades o artes, durante toda la vida, nos mejora como personas.
38. La importancia de la actitud. Coraje, determinación, voluntad, vigor.
39. Concentrarse en la victoria. Ir al combate siempre pensando en la victoria, no imaginar la posibilidad de ser derrotado.
36. Destruir el espíritu del adversario. No detenerse hasta derrotar espiritualmente al adversario; no dar lugar a revanchas.
37. La importancia del arte en la vida. Aprender otras habilidades o artes, durante toda la vida, nos mejora como personas.
38. La importancia de la actitud. Coraje, determinación, voluntad, vigor.
39. Concentrarse en la victoria. Ir al combate siempre pensando en la victoria, no imaginar la posibilidad de ser derrotado.
40. Cerebro de rata, corazón de toro. Mente aguda y corazón caliente.
41. Ser mejores que ayer. Nunca dejar de entrenarse.
42. Perseverancia y ejecución. Persistencia ante cualquier obstáculo o adversidad; voluntad para hacer y seguir haciendo.
41. Ser mejores que ayer. Nunca dejar de entrenarse.
42. Perseverancia y ejecución. Persistencia ante cualquier obstáculo o adversidad; voluntad para hacer y seguir haciendo.
26/10/16
Mandamientos del jugador veterano
Los 9 mandamientos del jugador veterano :
1. Jugaré al rugby sólo por el gusto de jugar.
2. Me comprometo a no recordar el marcador una vez que finalice el partido.
3. Si durante mi época de jugador llegué ‘a la cima’, no haré uso de ello para avergonzar a otros jugadores.
4. Si durante mi época de jugador no llegué nada, no trataré de usar los torneos de veteranos para lograrlo.
5. Respetaré en todo momento y lugar del partido a los más viejos y decrépitos miembros del equipo contrario.
6. Observaré la filosofía del Rugby, dirigida a la diversión, la irreverencia y la autocomplacencia.
7. Actuaré siempre como embajador de los veteranos y predicaré su palabra.
8. Respetaré siempre las Reglas de Juego con el fin de hacer nuevos amigos y renovar relaciones en lugares exóticos.
9. Siempre tendré en cuenta que ningún daño que me pueda hacer en el campo de rugby será mayor del que yo mismo me haya autoinfligido fuera de él, personal o socialmente.
25/10/16
“Hoy no puedo ir a entrenar, tengo que.....
“Hoy no puedo ir a entrenar, tengo que… estudiar, ir al médico, cuidar de mi hermano pequeño, un trabajo conjunto, examen de inglés, me duele la cabeza, tengo tos”, etc etc
Diría que podría decir diez excusas diferentes por cada jugador que he entrenado en toda mi vida… y es que me da la sensación que a veces, o muchas veces, los jugadores faltan a los entrenamientos por falta de ganas, por falta de compromiso, por que le da la gana.
A continuación, voy a pasarles un cuadro que hice y pasé a mis jugadores hace unos años.
Dormir 8horas x 7días = 56 horas
Colegio 8horas x 5días = 40 horas
Estudio 2horas x 7 días = 14 horas
Rugby 4horas x 5días = 20 horas
Otras actividades 4horas a la semana. = 4 horas
Dormir 8horas x 7días = 56 horas
Colegio 8horas x 5días = 40 horas
Estudio 2horas x 7 días = 14 horas
Rugby 4horas x 5días = 20 horas
Otras actividades 4horas a la semana. = 4 horas
TOTAL 134 HORAS
Como podemos ver, entre una cosa y otra sale que hay 134 horas a la semana en las que un jugador que está estudiando etc etc. Si tenemos en cuenta que una semana son 168 horas podemos ver que teniendo en cuenta las horas de dormir, escuela, estudio, baloncesto, y otras actividades como podría ser inglés informática, etc. Nos quedan aún 34 horas libres cada semana.
Como podemos ver, entre una cosa y otra sale que hay 134 horas a la semana en las que un jugador que está estudiando etc etc. Si tenemos en cuenta que una semana son 168 horas podemos ver que teniendo en cuenta las horas de dormir, escuela, estudio, baloncesto, y otras actividades como podría ser inglés informática, etc. Nos quedan aún 34 horas libres cada semana.
Hay que decir que realmente, hoy en día pocos son los que duermen 8 horas al día, no siempre tienen 8 horas de clase, NO estudian 2 horas al día, no tardan 4 horas en un entrenamiento o partido, y no todo realizan más actividades, pero creo oportuno hacer esta tabla apuntando al peor de los casos para que se vea claramente que una semana da para mucho y que todo es compatible.
Soy partidario que debe haber un orden de preferencia, y desde el entrenador, hay que inculcarlo, y para un joven de 13 años tiene que ser más importante aprobar el examen de matemáticas que ganar el partido del sábado; pero de allí a conceder faltas de entrenamiento para estudiar no me parece del todo bien, pues si es así es señal que a la hora de estudiar el joven no ha querido hacerlo.
Creo que tan importante es que el chico tenga claro que debe estudiar y tirar adelante sus estudios como que sea capaz de programarse las semanas adecuadamente lo suficiente para que cumpla con todos sus compromisos.
Cuando ese joven tenga 30 años, y deba cumplir sus horas laborales, más las horas de padre, más algún otro compromiso que pueda tener, ¿Cómo lo hará? Se le hará imposible!
Por tanto, seamos tan buenos para inculcar el hábito de entrenar como para inculcar el hábito de estudiar cuando se debe estudiar.
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