6/5/09

El espiritu del rugby


Que el juego del rugby tiene características que lo distinguen de los demás deportes, es una realidad bien conocida por todos aquellos que de una manera u otra, estamos en él. Como jugadores, entrenadores, dirigentes o simplemente como espectadores, sabemos que en el rugby existen particularidades de las cuales no podemos ni debemos apartarnos.
Antes de hablar de técnica o de táctica debemos tener en claro, para siempre, que por sobre todas las cosas el rugby es una actividad que excede el mero hecho de jugarlo. He coincidido siempre con aquellos que sostienen que el rugby es una manera de vivir, formando y mejorando al individuo a través de él, siendo este punto de vista resaltado naturalmente en cualquier ámbito del mundo donde se lo practique. El rugby evoluciona permanentemente por lo que nos compromete a una especial atención para tener posibilidades de seguir avanzando en su desarrollo, ya que es un juego dinámico.
Pero es justo reconocer que debemos estar atentos para que, con cualquier excusa, no se arrastren principios básicos sin los cuales no es rugby. Mucho se habla y se declama sobre el espíritu del rugby y su filosofía, casi de la misma forma en que luego, presenciando cualquier partido, vemos cómo se vulneran esos principios.
Porque si tuviésemos que definir el espíritu y la filosofía, nada más acertado que decir que el rugby es el juego del respeto. Un juego de hombres que de manera constante se enfrentan a la adversidad y que tratan de superarla con gran esfuerzo y una exagerada cuota de lealtad. Esta definición nos está mostrando que si bien el aspecto técnico es importante, no es el único ni el primero, siendo el respeto, la educación y el control de uno mismo, las cuestiones básicas para prepararse a disfrutar del juego del rugby.