11/1/10

EL SINDROME DE LA IMPOSIBILIDAD DE CERRAR

Cuando en los momentos de definición de una jugada o un partido un deportista (o un equipo) reiteradamente disminuye el rendimiento o la eficacia deportiva afectando negativamente el resultado y terminando derrotado per se (por sí mismo, por su propia naturaleza) postulamos que padece un conjunto de síntomas al que hemos dado el nombre de SÍNDROME DE IMPOSIBILIDAD DE CERRAR O CONVERTIR - SIC

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Este descenso de rendimiento o menoscabo de actitud deportiva ganadora puede ser notorio o sutil, pero siempre es decisivo para el resultado. Y así, ensegundos fatales, se pierden horas, días, semanas o años de esfuerzo, entrenamiento y crecimiento deportivo.

En psicología, un síndrome es un cuadro clínico o conjunto sintomático observable y verificable, que existe en un momento dado y se reitera en diferentes individuos.
Es un grupo significativo de síntomas y signos semiológicos que reúnen tres condiciones: 1) Definen una condición o estado mórbido. 2) Por sus características presentan una cierta identidad o similitud. 3)
Concurren en tiempo y forma en situaciones precisas.

Todo síndrome es una entidad clínica que asigna un significado particular a las manifestaciones observables que la componen. El síndrome es "plurietiológico", porque tales manifestaciones pueden ser producidas por diversas causas. Por ejemplo; exigencias desmedidas de triunfo, ansiedad, miedo al "fracaso", angustia escénica, ambición desmesurada, debilidad del yo para soportar o manejar la tensión, altas expectativas familiares, soberbia, personalidad rígida, miedos arrastrados desde la infancia, culpa inconciente, etc.

El momento del cierre del partido es uno de los de mayor tensión y es evidente que hace falta un resto de fuerza psíquica para poder hacerlo, de la misma forma en que se necesita un resto de fuerza física en el embalaje de maratón, remo o ciclismo para la definición de los momentos finales. Un campeón siempre tiene un resto de potencia psíquica que le permite soportar la fuerte tensión de la definición.

En los momentos de la definición el peso de la presión se hace más intenso; y la presión es presión del deseo que puja por manifestarse de un modo atropellado y poco efectivo. El sujeto está presionado desde adentro. Se trata de la presión interior.

LA ANSIEDAD DE GANAR

PRESIÓN DEL DESEO: EL SUJETO DESBORDADO POR SU PROPIA AMBICIÓN

Aprender a sentir pasión y emociones diversas, a controlarlas, dosificarlas e instrumentarlas de acuerdo a cada situación en particular es uno de los aprendizajes más bellos que nos brinda el deporte. Pero si se salen de cauce, estas hermosas vivencias emocionales pueden volverse en contra del sujeto en momentos claves y volverse una pesadilla donde muchos sienten ganas de abandonar el deporte.

La dificultad para definir o cerrar el partido es una combinación, en grados variables, de ansiedad azuzada por inseguridad personal, implacables exigencias desmedidas y un nerviosismo que nubla el juicio generando un importante desarrollo de angustia escénica.


Síntomas:

Intentos de definición prematura o atropellada.

Hay tenistas que en los puntos clave arriesgan un drop (pelota corta) o un winner (tiro ganador), pero no lo hacen por una cuestión táctica, sino por ansiedad ya que no soportan la tensión de trabajar el punto hasta poder definirlo.

Hacen un precoz intento de definición y por esto suelen fallar, porque el punto de partida del golpe no es el fruto de una estratégica actitud de presión sobre el rival sino que son víctimas de su propia presión interior. El sujeto se hace objeto de su propia ambición desmedida o desordenada. El predador se convierte en presa fácil, y así pierde la oportunidad de cerrar el punto, convertir el gol o ganar el partido.

Inhibición y postergación en los los momentos decisivos.

También puede suceder el fenómeno inverso donde por inseguridad se demora la ejecución del tiro desaprovechando la oportunidad y cediendo la iniciativa al oponente. Lo que el sujeto no hace, lo hace el rival. Igual que en la guerra terreno que se cede, lo gana el contrario.

Hacemos excepción de retiradas estratégicas o tácticas específicas de contragolpe, nosotros estamos hablando de síntomas, inhibición o impotencia.

Imprecisión, vacilación y/o lentitud

El jugador yerra tiros que en la práctica de entrenamiento efectuar y convertir en innumerables oportunidades, como un penal o tiro libre. También puede cometer errores tácticos como no ver a un compañero mejor posicionado, o distrarse, no entenderse con el arquero o un compañero, dejar sin marca a un delantero, etc.

Puede presentarse la sensación de que los rivales atacan en cámara rápida mientras que el jugador reacciona en cámara lenta, o con pesadez. etc.

Tenemos el caso manifiesto de corredores, ciclistas o remeros que marcan mejores tiempos en los entrenamientos que en la competencia. A la inversa los campeones marcan mejores tiempos en competencia.

En el SIC tal como sucede en las pesadillas, el soñante se mueve con gran dificultad y pesadez, mientras los atacantes lo hacen con velocidad. (en tenis se tiene la sensación de que el brazo se encoge o se agarrota) En cambio los campeones ven a sus rivales en cámara lenta mientras ellos se mueven a una velocidad mental superior.

Lo que queremos demostrar es que detrás de la imprecisión o el error se encuentra una situación de tensión que inhibe la fluidez, la espontaneidad y la determinación que la ejecución del tiro ganador requiere. Denominamos a este proceso psicológico negativo como el SIC.

El cansancio, el alcohol, las drogas, el estrés y la falta de sueño producen lentitud en los reflejos y errores de razonamiento. Entendemos que también producen el mismo efecto factores psicológicos como la poca tolerancia a la presión interna y externa. Es la falta de "anticuerpos psicológicos" para la presión lo que produce el SIC.

Nuestro análisis de los factores psicológicos que conducen al accidente de aviación o de cualquier otra índole nos han puesto en la misma perspectiva.

El tenis ha sido prodigo en situaciones donde en el set decisivo un jugador que contaba con una amplia ventaja, a veces un 5-0, no logra definir y el rival silenciosamente se va agrandando y al modo de un subi-baja nuestro héroe desciende hasta el infierno de una no merecida derrota.

• EL TOP - Y así puede instalarse el otro síndrome asociado que hemos denominado TOP, Trauma de la Oportunidad Perdida. (Gustavo Maure 2003) "Si por responsabilidad del jugador se produce la pérdida de una importante ocasión favorable se puede producir un síndrome caracterizado por inseguridad y autodesconfianza que se arrastra durante un largo período de tiempo, este fantasma puede alcanzar a equipos o jugadores que perdieron partidos casi ganados o con rivales muy inferiores."

Al modo de la profecías de auto cumplimiento el síndrome se va corroborando a sí mismo en cada jugada desacertada, generando games o partidos que se pierden por muy poco o inexplicablemente, ya que los rivales van tomando confianza ya que identifican este punto de vulnerabilidad y se agrandan. La inseguridad de un lado nutre y alimenta la confianza del oponente. Existen mecanismos muy primarios de enfrentamiento donde el animal huele el miedo de su contrincante y se torna más bravo y combativo. Y a la inversa también, en un proceso que conocemos como intimidación.

El TOP equivale al estrés post-traumático donde una persona queda afectada luego de un choque o una guerra y no vuelve a ser la misma hasta que se recupera psicológicamente. Es una especie de profecía de autocumplimiento que consiste en una pérdida progresiva y acumulativa de confianza y menoscabo del yo que entra en crisis apenas se vislumbra una oportunidad de definir. EL TOP ES UN MECANISMO DE AUTO REPETICIÓN DEL TRAUMA, el miedo a que se repita hace que se vuelva a repetir.

El síndrome se va retroalimentando a sí mismo a través de inmerecidas derrotas minando la pasión y la determinación que requiere el deportista exitoso. Muchos abandonos prematuros del deporte obedecen a la acción implacable del TOP que debe ser tomado a tiempo, antes que se inicie el desgaste anímico del jugador, sobre todo cuando empiezan a aparecer pensamientos o ideas de abandonar primero el partido y luego la carrera deportiva.

El síndrome TOP, que se superpone o alterna con el SIC, puede activarse ante los primeros errores que fuerzan una serie posterior de yerros.

En los partidos de tenis muy disputados, cuando un jugador estuvo a punto de quebrar el saque del rival pero no lo logró, a continuación puede venir el quiebre de su propio saque como consecuencia del TOP. En fútbol se dice que los goles que se pierden en el arco rival se convierten en el propio (Esta es una clara acción del TOP). En este tipo de mecanismos psicológicos definen los partidos.

En los actuales niveles de competitividad, si el jugador no logra purificar el psiquismo de restos neuróticos no podrá desarrollar la auténtica personalidad del deportista exitoso.

Este último nunca agregará las oscuras complicaciones del mundo interior a la difícil batalla que se libra en el mundo exterior.

Estos puntos de vacilación en el cierre del partido en el tenis o de nerviosismo al definir un hoyo en el golf constituyen uno de los momentos culminantes de la angustia escénica, ya que marcan e iluminan el pasaje a la posición de vencedor. Es el momento de asestar el tiro de gracia o sea definir la muerte simbólica del rival. Se desarrolla una inhibición inconciente montada sobre el pico de la angustia cuyo fin es la anulación del acto que se va a concretar.

EL EFECTO PIGMALIÓN: Positivo o Negativo

Si esperas que te suceda te va a suceder. La ley de las expectativas establece que todo lo que esperes que te pase con una determinada certeza se convertirá en tu propia profecía de auto cumplimiento. Nosotros conocemos estos fenómenos desde nuestro ensayo sobre el efecto placebo en los medicamentos.

David C. McClelland escribió un “Estudio de la motivación humana”, en el cual se encuentra un epígrafe dedicado al efecto pigmalión. En ese apartado se explica que Rosenthal (1966) demostró como las expectativas o sesgos de un investigador influía en el comportamiento de los sujetos estudiados, independientemente del contexto o ámbito en que la investigación se llevara a cabo.

El Efecto Pigmalión tiene su origen en un mito griego consistente en un escultor llamado Pigmalión (Πυγμαλίων en griego antiguo) que se enamoró de una de sus creaciones: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba como si fuera una mujer real, como si estuviera viva. El mito continúa cuando la escultura cobra vida después de un sueño de Pigmalión, por obra de Afrodita al ver el amor que éste sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus sueños.

En su demostración se tomó un test de inteligencia a alumnos negros de Harlem. De un grupo elegido absolutamente al azar se le informó a su maestro que eran niños sumamente inteligentes. Y esos niños superaron al final del año el rendimiento de sus compañeros. Como el maestro los consideró inteligentes, ellos se creyeron y fueron inteligentes.

Este fenómeno fue nombrado como el efecto pigmalión ya que superó lo que esperaba de sí mismo al crear una escultura tan perfecta que llega a enamorarse de ella. Pero puede ser positivo o negativo.

EFECTO FRANKENSTEIN

Nosotros, que conocemos la dura cabeza de los jugadores para la psicología, hemos preferido darle un nombre un poco más contundente para que quede más claro. Ya que en el caso del SIC, Síndrome de Imposibilidad de Cerrar, se trata de un efecto negativo, podemos decir que el deportista crea y convoca a su propio fantasma, una especie de Frankenstein que una vez instalado no lo abandonará tan fácilmente.

El efecto Frankenstein consiste en la activación del Complejo de Inseguridad o SÍNDROME DE LA IMPOSIBILIDAD DE CERRAR - SIC - cuando se empiezan a jugar los puntos claves. Este proceso se manifiesta con sensaciones crecientes de inseguridad, pérdida de confianza, miedo a errar, imprecisión en los tiros, torpeza o lentitud de movimientos, dudas sobre las decisiones, aturdimiento, incertidumbre, etc..

El mostruo es éste; el jugador, convencido inconcientemente de que va a fallar, falla en la definición. Es una profecía de autocumplimiento. El pródromo (señal inicial) del síndrome es una sensación de temor y de duda que tiene el jugador sobre su capacidad anímica para afrontar la situación de tensión del cierre del partido. Como si no estuviera preparado para ello. Como si fuera chiquito. El sujeto tiene la percepción de que no está capacitado para definir pero es la propia desconfianza la que genera la costosa pérdida de convicción y determinación. ES EL MIEDO LO QUE CREA LO TEMIDO.

Esta descripción corresponde a la manifestación del síndrome en toda su dimensión tal como se ha comprobado claramente en diferentes jugadores y equipos. Pero en los actuales niveles de exigencia y paridad una leve manifestación del SIC marca la diferencia entre la victoria y la derrota.

Los Secretos de los Grandes Campeones

Sangre caliente para pelear los tantos

y sangre fría para poder definirlos

Los reptiles no solo tienen sangre fría, si no que básicamente carecen de emociones, de aquí deriva la famosa metáfora sobre la temperatura de la sangre para describir el control emocional o la neutralización de las emociones.

Una víbora, desde muy chiquita, sabe hacerse la muerta para que un predador no la devore, los cadáveres tienen muchas bacterias perjudiciales, y la mayoría de los animales carnívoros los descartan. Es una inteligente maniobra defensiva extrema.

Pero son situaciones donde el animal al acecho huele y sacude a la víbora intentando verificar si está viva o se hace la muerta. El reptil ni se mueve. Para un mamífero con emociones como el pánico o la angustia, le será extremadamente difícil atravesar un momento como este sin delatar su miedo al predador.

En la película Enemigos al acecho, el periodista y el francotirador Vasili se esconden en un grupo de cadáveres y resisten inertes una minuciosa inspección de los nazis logrando así salvar sus vidas para iniciar una notable y heróica serie de acciones de hostigamiento contra el invasor.

NOTA: El francotirador soviético más famoso de la época y tal vez de la historia es posiblemente el siberiano Vasili Zaitsev, de la división de Batiuk. Su historia aparece ficcionada en la película Enemy at the Gates (traducido como Enemigos al acecho). Prometió matar a 150 alemanes antes de la celebración de la Revolución de Octubre (de 1942), pero llegó a 149. Hubo un verdadero culto a la imagen del francotirador y a él en persona, tanto que aparentemente los alemanes enviaron a su mejor francotirador (un oficial llamado Konig o Thorvald ) para matarlo. Sin embargo, ganó el soviético, como un preanuncio de la futura victoria rusa. Finalmente, Vasili Zaitzev terminó la guerra con 400 muertes confirmadas, aunque hubo varios compañeros de su causa que llegaron a mucho más, como Ivan Sidorenko (500) o Nikolay Yakovlevich Ilyin (496).

Existen jugadores que bajo presión aumentan su rendimiento y otros que lo disminuyen.

TÚ TIENES QUE SABER DE QUE LADO ESTÁS Y HACER ALGO AL RESPECTO