10/5/10

¿QUÉ JUEGO?, ¿QUE JUGADOR? y ¿QUÉ METODO?

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QUÉ JUEGO?

Podemos clasificarlo como un deporte de cooperación-oposición, en el que,  jugadores atacantes y defensores, de manera simultanea, compartiendo el mismo espacio  (área de juego), se enfrentan con el propósito de alcanzar sus objetivos.
El objetivo deportivo del juego, consiste en que los jugadores de un equipo, deben intentar marcar más puntos que su rival y de esta manera ganar el partido. Sus leyes, destacan con especial énfasis, a la lealtad deportiva. De esta manera, se pretende alcanzar con un juego más seguro, dinámico y divertido.
El desarrollo del juego requiere de una integración armónica de sus jugadores con los diferentes elementos que lo conforman (tácticas, estrategias, leyes, destrezas, espacios, tiempo).
El rugby se nos presenta como un deporte de múltiples requerimientos técnicos, mentales y físicos.
Las particularidades que le aportan las leyes al juego, le otorgan características distintivas de otros deportes. Entre las destrezas individuales, se encuentra permitido diferentes tipos de carreras, pases, patadas y contactos físicos.  Las destrezas grupales, (scrum, line out, rucks, mauls), por sus características únicas, le aportan una fuerte identidad al juego.

¿QUÉ JUGADOR?

El rugby, desde sus comienzos ha ido incorporando nuevas estrategias, que a su vez, ocasionan modificaciones a las leyes del juego. El desarrollo, que no se detiene, se verifica en una mayor dinámica, hecho que obliga al jugador, a contar con una adecuada preparación técnica, física y psicológica, para poder satisfacer las demandas de un partido.

Desde la formación técnica, hoy el jugador no debe limitarse a ser especialista de su puesto, es decir, no puede conformarse con la cobertura de un solo rol. Por el contrario, debe apuntar a la poli funcionalidad, como herramienta útil, para poder resolver cada instancia del juego, con eficiencia y seguridad.

La preparación para el juego, tal como lo demandan sus exigencias, se apoya en una formación multifacética. Los jugadores que carecen, desde edades tempranas de estímulos de “inteligencia táctica”, se verán seriamente perjudicados para adaptarse a las variables cambiantes de este deporte.
Es decir que, de manera independiente al puesto en el que se desempeñe deberá entrenar todas las fases del juego.
Hay etapas sensibles en la vida de los individuos que son óptimas para los aprendizajes motores e intelectuales, desaprovecharlas, significa condenar a nuestros jugadores a carencias y limitaciones en los aprendizajes.

Como resumen de este apartado, quiero resaltar la  necesidad que tiene el juego de rugby, de contar con jugadores que sean capaces de avenirse a los permanentes cambios que el juego le presenta. Necesitamos de jugadores versátiles que se adecuen a los roles cambiantes.
Los aspectos psicológicos y físicos, no son motivo de análisis de este documento.

¿QUE MÉTODO?

De una manera simplificada por Domingo Blázquez Sanchez. Vamos a resumir en dos grupos, a los métodos que se utilizan para la enseñanza deportiva. Los Métodos Activos y los Métodos Tradicionales.

En el caso del rugby, si bien la utilización de ambos métodos, demostraron cierta eficacia en los aprendizajes motores, para la enseñanza del rugby, nos inclinamos por la utilización de los métodos activos, que tienen una mayor incidencia en el desarrollo intelectual del jugador. Relegamos los métodos tradicionales para aspectos muy puntuales del entrenamiento de la técnica.

A continuación, hago una descripción de ambos métodos, destacando ventajas y desventajas.

Métodos Tradicionales:

Los métodos analíticos o tradicionales, son aquellos que descomponen la totalidad del juego en una multitud de destrezas, que se enseñan según un principio de complejidad creciente. Inician la enseñanza de una técnica determinada, cuando el docente considera que el jugador alcanzó el dominio del gesto, recién se pasa a la enseñanza de una nueva. Lamentablemente esta modalidad abunda en el rugby. Por ejemplo, inician la enseñanza con el pase lateral, para luego de un tiempo pasar al tackle, luego las carreras, las patadas y así sucesivamente.

Estos sistemas localizan su atención en las diferentes partes que componen una técnica determinada. (Movimiento de brazos, piernas, caderas, etc.)
Estos gestos son a su vez son descompuestos en ejercicios más simples con la intención de facilitar aún más su aprendizaje. Por ejemplo en el movimiento de brazos para realizar un pase, se localiza la atención en las partes constitutivas de los mismos como la posición de los hombros, codos, manos, dedos, etc.

Concibe el aprendizaje como un proceso ciego y mecánico de asociación de estímulos y respuestas, provocado y determinado por las condiciones externas.

Es planificado para todos los alumnos por igual y sigue pasos pres establecidos.

La utilización de los métodos tradicionales,  suele acarrear desagradables sorpresas a maestros y entrenadores, cuando luego de invertir un largo período de tiempo, no obtienen los resultados esperados.

Estas dificultades ocurren por algunas de las consideraciones que describo a continuación:

En primer lugar, nada asegura que el jugador va a realizar una síntesis de los distintos elementos aprendidos por separado, hasta llegar a la ejecución total.

Esta manera de encarar la enseñanza dificulta la visión de contexto de la realidad de la práctica.

El jugador encuentra dificultad en la toma de conciencia del momento, lugar, razones y utilidad de los ejercicios propuestos.

Estos sistemas dificultan el ensamblaje de los distintos componentes, debido a que su práctica es realizada por compartimentos estancos.

Plantea una visión estática del aprendizaje, no se preocupa en averiguar que es lo simple o complejo.

Estos métodos no tienen en cuenta los intereses lúdicos o deportivos de los niños. Los maestros y entrenadores de rugby que basan su enseñanza, exclusivamente en estos métodos, suelen corregir las técnicas hasta el hartazgo, las clases se tornan monótonas y terminan convirtiéndose en un verdadero yugo de entrenamiento.

Métodos Activos:

Los métodos activos, señalan que el aprendizaje en el individuo procede de lo general a lo particular y de lo indiferenciado a lo preciso.

El aprendizaje es concebido por una organización progresiva de estructuras, el desarrollo del mismo se atribuye a los ajustes y reajustes continuos.
El aprendizaje de cualquier tema se apoya en conocimientos anteriores.

Localiza la atención en el progreso realizado por el alumno, motivándolo para continuar evolucionando.

Concibe a las prácticas del rugby, como a un sistema de relaciones  y no como a una suma de técnicas.

Desarrolla desde un principio aspectos cinemáticos y globales de las técnicas de juego.
Su característica lúdica favorece la motivación y estimula la imaginación.
El jugador interactúa con sus compañeros y rivales.

Se preocupa por las actividades intelectuales internas como la percepción, interpretación y pensamiento. Un aprendizaje unido a la comprensión es más duradero. El pensamiento es la base donde se apoya el aprendizaje.

Desde un punto de vista motriz, el entrenador utiliza aquellas estructuras de movimientos en donde el jugador necesita requiera del empleo de varios de sus sentidos actuando simultáneamente.

Se utilizan estructuras de movimientos que son comunes a las diferentes técnicas del juego. De esta manera se aprovechan los criterios de afinidad biomecánicas y cinemática de los movimientos.

Presentan un mayor contacto con la realidad del juego, donde el individuo aprende simultáneamente a resolver problemas de espacio y de tiempo.

Su utilización es conveniente que desde la propia iniciación al juego de rugby. El joven irá descubriendo el juego al tener que enfrentarse con una serie de acciones que se asemejan a las de un  partido.

El jugador irá tomando conciencia de sus aciertos y errores en situaciones de juego, estas acciones derivaran en una mayor concentración y motivación, a la hora de la práctica de las destrezas propuestas por el entrenador.

Estos métodos incluyen ejercitaciones que promueven la  toma de decisiones y la comunicación, procurando desarrollar desde un principio aspectos tácticos y técnicos del juego.
Permite reconocer roles en situaciones cambiantes de juego. El jugador solamente será útil para su equipo, si es capaz, de identificar correctamente su rol.

Es conveniente que los trabajos propuestos contengan múltiples estímulos de percepción, que incluyan: los espacios, la pelota y el rival. El propósito es que lo aprendido sea transferido a situaciones reales de juego.

La organización del entrenamiento debe incluir los ejercicios técnicos con oposición desde situaciones estáticas y dinámicas de juego.

Las actividades deben encararse poniendo especial énfasis en aquellas que implican toma de decisiones.

Conclusión:

El rugby es un juego de numerosas variables, intentar enseñarlo desde los métodos analíticos no resulta recomendable. Los requerimientos del juego orientan su enseñanza hacia el empleo de los métodos activos.
El juego necesita de jugadores poli funcionales capaces de adaptarse continuamente a los desafíos que el juego le presenta.


Bibliografía:

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Hernández Moreno José. Fundamentos del deporte. Análisis de las estructuras del juego deportivo. Año: 1998. Barcelona INDE

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Fernando Erimbaue. Manual del Curso de Rugby Juvenil. Rugby: Niveles de maduración. Año: 2005. Argentina UAR

Fernando Erimbaue. Manual del Curso de Rugby Juvenil. Rugby: Métodos de enseñanza. Año: 2005. Argentina UAR