26/3/09

El XV Ideal del Seis Naciones

Posición por posición, todos los nombres que la rompieron a lo largo de las cinco fechas y que nos da lástima no poder seguir viendo cuando se termina una competencia.
15. Fullback: Imposible que no se te pongan los ojos rojos y exhales fuego por la boca cuando Lee Byrne, crack del Dragón galés, sale a la cancha. Desde el fondo es explosivo cuando ataqua y segurísimo descolgando kicks. El try a Francia lo explica todo. El inglés Delon Armitage y el irlandés Rob Kearney también hicieron de las suyas, pero todavía están un par de cuerpos atrás.
14. Wing: No por nada Irlanda se quedó con el fullhouse (Seis Naciones, Grand Slam y Triple Corona). Tomy Bowe fue una de las razones. Desde atrás empujó a su equipo siempre, respondió en defensa y supo mezclarse en distintas posiciones aprovechando que en el Ospreys galés juega como centro. Mejoró mucho desde sus primeros pasos en el seleccionado verde.
13. Centro: Brian O'Driscoll, cuestionado antes del arranque del torneo y bancado en la capitanía de Irlanda por Declan Kidney, se lleva todos los aplausos. Un jugador diferente, sin duda uno de los mejores del mundo en su puesto. ¡¿Cómo no iba a estar en nuestro equipo?!
12. Centro: Este estuvo peleado, pero la alta rotación de Francia y los problemas defensivos de Gales en este puesto le dejaron el camino abierto al tractorcito de Inglaterra Riki Flutey. El hombre con sangre kiwi hizo estragos con sus entradas con ángulo cambiado a toda velocidad y fue uno de los puntos fuertes de la Rosa.
11. Wing: Escocia es un equipo en el más amplio sentido de la palabra. Defienden duro, trabajan juntos y siempre son un rival áspero. Pero tiene un apellido que sobresale del resto como no pasaba hace muchos años. Thom Evans fue la piedra en el botín de cada rival que enfrentó. El único capáz de sorprender y romper tobillos con un caderazo a toda velocidad. En ataque, hace la diferencia. Lástima que está un poco solo.
10. Apertura: Sangre fría hasta en el momento cúlmine de la obra maestra de Irlanda. El drop matador de Ronan O'Gara sintetiza su escenscia. Aunque le tengamos bronca por la pica con los argentinos, el 10 verde lleva la batuta con sus precisos kicks y nunca le tiembla el pulso para liquidar a nadie. Probablemente haya sido, hasta ahora, la patada más importante de su carrera (le valió el Grand Slam y la Triple Corona a su país); y la hizo casi sin despeinarse ni inmutarse. el único talón de Aquiles que tiene es la defensa, pero igual lo queremos en nuestra pareja de medios.
9. Medio Scrum: Recibimos el llamado del italiano Mauro Bergamasco para ver si teníamos un lugarcito en nuestro equipo, pero esas cosas creativas se las dejamos a Nick Mallett. Nosotros nos quedamos con el galés Mike Phillips. Por contextura física, lo más parecido que hay al gran Joost van der Westhuizen. Ataca con la potencia de un tercera línea pero maneja los hilos de su equipo con calma y pocas veces se mete en problemas innecesarios. Sintético para jugar, hace la facil lo difícil.
8. Octavo: Vamos a ser completamente autoritarios con este puesto. Es para el crédito cordobés Sergio Parisse y para nadie más. El resto, que se peleen por un lugar en el banco. Lo mejor, sino lo único, de la vapuleada Italia. Apoyó uno de los dos tries tanos en el torno (el otro fue para Mirco Bergamasco). Lástima que cambió la celeste y blanca por la azzurra...
7. Ala: En la previa todos pedían por el colorado Martyn Williams, pero el que se llevó nuestros votos fue el verde David Wallace. Una máquina de tacklear y una amenaza constante cuando atacó pegado a las formaciones. Rindió en todos los minutos de todos los partidos. El único que le hizo un poquito de sombra fue el francés Thierry Dusautoir. Más atrás quedó Joe Worsley, que despuntó sobre el final del torneo.
6. Ala: Otra de las razones por las cuales el pack irlandés llegaba al minuto 70 como si fuese el minuto 10: Stephen Ferris. Sencillamente incansable. Sin lujos ni cosas raras, sólo respetando a la perfección el manual de perro de caza mordedor que queremos en nuestro equipo. Antes de salir a la cancha, le dan a olfatear los pantalones del apertura rival...
4 y 5. Segundas Líneas: En un mundo perfecto, estos dos serían mellizos y jugarían para el mismo equipo (el nuestro). Paul O'Connell y Alun-Wyn Jones, irlandés y galés, dominaron los unfriendly skies del Seis Naciones sin problemas. Si le tiraban un ladrillo, también lo bajaban y lo devolvían ovalado. Además, ambos tienen pasta de capitanes, son duros en defensa y les encanta el trabajo sucio. ¿Algo más?
3. Pilar: La melena le cubre los ojos a veces, pero nunca el olfato. Adam Jones tiene tanta versatilidad que es facil encontrarlo dominando en el scrum y en cuestión de segundos mezclándose entre los backs en ataque o haciendo las veces de medio scrum en un ruck. Gales tuvo una joya de alto valor en la primera línea durante todo el torneo.
2. Hooker: Tuvimos dudas al principio porque su apellido es muy difícil de escribir, pero después de repasar los cinco partidos de Dimitri Szarzewski, no quedó otra que darle la camiseta 2. Compacto en el tackle y con mucha movilidad. Atléticamente está un paso arriba de sus competidores y su buen juego de manos y velocidad -para un primera línea- lo hacen peligroso en el suelto.
1. Pilar: Este puesto estuvo peleado. De nuestros tres candidatos nos quedamos con otro galés: Gethin Jenkins. Le ganó la pulseada, por poco, a Marcus Horan y a Carlos Nieto. Bravísimo a la hora de formar, la experiencia le da un plus de oficio que vale oro. Fue uno de los pocos que se salvó cuando Italia le dio una lección de scrum a Gales en Roma.
Entrenador: Martin Johnson terminó bien el torneo con la victroria sobre Francia y Escocia, pero hizo agua en el comienzo y no convenció del todo. Warren Gatland nunca pudo encontrar el rendimiento de su equipo que le valió el título en 2008 y Marc Lievremont sufrió por la humillación de quedarse sin respuestas en Twickenham. Por eso, el hombre que dirigiría nuestro team es Declan Kidney, un tapado total. Le dio nuevas ínfulas a un grupo de jugadores que tienen mucho rodaje juntos y acertó con la inclusión de sangre joven en Irlanda cuando muchos pedían su cabeza tras un noviembre con pocos resultados positivos. El resultado no podría haber sido mejor: hizo historia y se quedó con el Seis Naciones, el Grand Slam y la Triple Corona.