26/3/09

NUEVA ZELANDA 2011 : DUDAS POR LA CRISIS ECONOMICA

La crisis financiera internacional no debería afectar el planeamiento de la Copa Mundial de Nueva Zelanda 2011 hasta que los boletos se pongan en venta este año, dijo el presidente ejecutivo de la compañía encargada de la organización del evento.
"Realmente no sabemos qué va a suceder con esta recesión (económica)", dijo Martin Snedden en una entrevista con la agencia Reuters.
"Eso se hará más visible en los próximos 12 meses, cuando comencemos a vender los boletos", agregó. Aunque todavía deben anunciarse los detalles específicos de la estrategia de venta de entradas, la compra de esos boletos por parte de los aficionados que viajarán a Oceanía para asistir a la competencia entre el 9 de septiembre y el 23 de octubre del 2011 será clave para el país organizador.
Se proyectaron ganancias por 280 millones de dólares neozelandeses (156,4 millones de dólares) en concepto de venta de entradas.
La nación sede del torneo sólo tiene permitido obtener beneficios por esa vía, mientras que la International Rugby Board, es receptora de todas las ganancias generadas comercialmente.
El país oceánico también tiene que garantizar una suma de 150 millones de dólares neozelandeses para la organización del campeonato y también 160 millones en costos del mismo, por lo que el gasto total se estima en 310 millones en moneda local.
Precios altos
Pérdidas por 30 millones de dólares neocelandeses correrán por cuenta del Gobierno y de la unión de rugby de ese país, y Snedden indicó que los boletos para los principales partidos tendrían precios que muchos ciudadanos locales no podrían pagar.
Según el directivo, el promedio de precios para la final se estima en 750 dólares neozelandeses."Dejamos bien en claro que (el precio de las entradas) sería similar a (la Copa Mundial de Francia) 2007", aclaró Snedden.
"Aunque los precios son normales en términos internacionales, los de los partidos importantes serán significativamente altos para los neozelandeses. Pero con el modelo financiero con el que estamos trabajando, eso es lo que tenemos que hacer", añadió.
Snedden explicó que la estrategia de los precios altos para los grandes encuentros tenía el objetivo de mantener la capacidad de los estadios en un 85 ó 90 por ciento hasta el final del torneo.
El directivo contó además que los organizadores continuaban trabajando con la idea de recibir entre 60.000 y 70.000 mil seguidores, incluso pese a que la venta de boletos luego indique otros datos.
"Todavía mantenemos (las estimaciones originales), pero son constantemente analizadas. No sabemos cómo es el ciclo de esta recesión. No hay mucho que podamos hacer al respecto", remarcó Snedden.
No obstante, el presidente ejecutivo de la compañía organizadora aclaró que no estaba preocupado por el hecho de que la crisis pudiese afectar la modernización de los estadios de la Copa Mundial.
"No tengo dudas de que los estadios estarán terminados. Hay mucho margen para la construcción en estas sedes (...). Creo que quedará un gran legado luego de la Copa Mundial", sostuvo Snedden, agregando que los presupuestos para tales obras habían sido garantizados por el Gobierno nacional y las autoridades locales.
Respecto al hospedaje, Snedden confesó que podría llegar a ser un dolor de cabeza y destacó que los organizadores no descartan la posibilidad de alquilar buques cruceros o vender paquetes de entradas con alojamiento incluido.