24/7/09

Un peligroso equilibrio entre la tradición y el profesionalismo

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En 2010, Buenos Aires no autorizará a jugar en sus torneo a los 21 rugbiers que integran los Jaguares, el equipo rentado de la UAR; al mismo tiempo, la URBA negocia para compartir los ingresos por derechos de formación en caso de una futura transferencia .-

La UAR sumó el respaldo económico del Estado y encontró un atajo para rehuir a un debate que ya es imposible de esquivar: el camino hacia la profesionalización de los seleccionados nacionales. La unión modificó su discurso y llamó "becas deportivas" a lo que hace unos pocos días nombraba profesionales. Dos motivos centrales provocaron el cambio: 1) tener jugadores a sueldo bajo las luces de la ley y su propio estatuto, evitando la discusión interna por la dicotomía amateur-rentado, y 2) apresurar la negociación con la Unión de Buenos Aires (URBA) para que en 2010 se autorice la participación en su torneo de los jugadores que integran el Plan de Alto Rendimiento.

Cerrado el acuerdo con la Secretaría de Deporte de la Nación, en la UAR se sugirió no hablar más de profesionalismo. Son becas deportivas. Punto. Al plantel de los Jaguares, que en febrero había sido presentado como el primer seleccionado argentino rentado, ahora se lo menciona como el equipo "Senior". No es sólo una cuestión semántica. De esta manera, la UAR se ahorra 40 mil pesos mensuales, evita abonar las cargas sociales de los jugadores, y le dice a Buenos Aires, que acepta únicamente aficionados en su competencia, que los integrantes de esta élite no son rugbiers profesionales.

En diciembre de 2008, las 25 uniones provinciales aprobaron por unanimidad que la UAR pueda tener seleccionados rentados. En ese momento, Buenos Aires impulsó con fuerza la revolucionaria medida. Sin embargo, una vez divulgada la creación de los Jaguares, los clubes de la URBA establecieron el 31 de diciembre próximo como fecha límite para que los rugbiers convocados a los planes de Alto Rendimiento puedan actuar en la competencia de la unión. Es decir, Santiago Fernández, por dar un ejemplo, el año que viene no estaría habilitado para jugar en Hindú.

Curiosamente, una herramienta de negociación en busca de la salida del conflicto, podría ser el dinero. En las últimas semanas se activaron las charlas entre la UAR y varios dirigentes de la URBA para acordar una solución. Según averiguó LA NACION, la resolución que se analiza desde ambas orillas es autorizar a que los jugadores participen en sus clubes, siempre y cuando exista una cláusula que, en caso de una transferencia a un equipo profesional, el dinero que ingresara en la UAR como derecho formativo sea distribuido en porcentajes por definir con la URBA, el club y la unión argentina.

El artículo VIII del régimen vinculante entre la UAR y los jugadores del Pladar se llama "Limitación de pases y reclamos". Se dice allí que " el pedido de pase al exterior será aceptado una vez finalizado el plazo de vinculación al presente régimen o mediante el pago de 7500 dólares en concepto de indemnización por el incumplimiento del plazo de adherencia ". Además, en el siguiente punto, la UAR le solicita al jugador comprometerse en caso de una transferencia para que el equipo comprador abone los derechos formativos, como contempla la IRB. Cualquier ingreso económico se daría en las ventas que se concreten a partir de 2010, cuando el proyecto de alto rendimiento adquiera tiempo y madurez. No ahora.

Son pocos los clubes de Buenos Aires que manifestarían su disconformismo con la negociación UAR/URBA con vistas al escenario del año que viene. Aunque hay algunos dirigentes de instituciones poderosas que reconocen, sinceros, desconocer los detalles del asunto. Así lo confirmó a LA NACION Esteban Vergara, del CASI.

En un caso hipotético, CUBA rechazaría tajantemente el dinero, basándose en una filosofía puramente amateur. Sin embargo, el club de Villa de Mayo contaría con dos entrenadores rentados en sus divisiones juveniles. Otros clubes son más escépticos con el acuerdo, pero observan que ésta puede ser la única manera de sacar tajada del éxodo de jugadores al mercado europeo. En Manuel Belgrano, por ejemplo, aún se lamentan porque jamás se recibió un peso del pase de Patricio Albacete al Colomiers francés, en 2003. Por ahora, las conversaciones son subterráneas y nadie desea manifestar la postura públicamente hasta no acordar conjuntamente en la URBA.

"Los clubes de Buenos Aires decidieron acompañar la transición de la UAR y aceptaron la presencia de profesionales en el seleccionado nacional tras la asamblea de diciembre. Con lo del Pladar hubo un mal manejo y el tiempo no ayudó, pero en 2010 se verá que se resuelve", dice el presidente de la URBA, Néstor Galán.

El presidente de la UAR, Porfirio Carreras, es optimista. "Confío que los clubes de Buenos Aires le permitirán jugar a los chicos. Es dogmático y filosófico, no quieren que se junten los del Pladar con los otros jugadores. Pero muchos de los clubes de la URBA le aconsejan a sus jugadores una preparación de alto rendimiento. La figura de la beca ayuda a despejar las dudas de los clubes".

No existe un cortocircuito entre Buenos Aires y la UAR. Nada más que la postura de los clubes de la URBA es afín a lo que se acordó por mayoría en asamblea. Pero como en muchas cuestiones, las políticas ambiguas envuelven al rugby en contradicciones. Si hasta un dirigente de la URBA fue el ideólogo para que la UAR golpee las puertas de la AFIP y la Secretaría de Deporte para instrumentar el acuerdo con el Estado bajo la luz de la Ley del Deporte (N°20.655), sancionada hace 35 años.

Carreras afirma que no fue así. Dice que el acuerdo se tejió en una charla con el secretario de Deporte, Claudio Morresi, en octubre del año pasado, cuando conversaron sobre el Bicentenario y el rugby. Sea como fuera, la ley del deporte "está hecha a medida de las necesidades de la unión", según describe Carreras. Y realmente es así.

La relación entre la UAR y la AFIP es óptima y cordial. Tras la Copa del Mundo de 2007, el organismo le solicitó a la unión que una vez regularizada la convocatoria de acreedores iba a posar la lupa fiscal en el pago de viáticos a los jugadores, una práctica que se hizo durante nueve años y que es considerada "irregular" por una empinada fuente de la UAR que conoce como nadie las finanzas de la institución. Además, la AFIP supo condonar una deuda superior a los 12 millones de pesos por aportes no pagados, según deslizó otro hombre de poder de la unión.

El 2 de febrero pasado se anunció la nómina de jugadores que reciben 2300 pesos y cobertura médica únicamente en actividades vinculadas a los seleccionados nacionales. Aquella vez, LA NACION consultó al especialista en derecho laboral y socio del estudio Andino &Dorato Juan Carlos Cerutti, que manifestó: "Con la AFIP, la UAR debe intentar denominar como beca el pago a los jugadores demostrando la falta de beneficios económicos". Y así fue, finalmente, como la unión recurrió a la ayuda del Estado.

En tren de enviar señales de progreso a la IRB, la UAR se apresuró al anunciar el surgimiento de los Jaguares como equipo rentado y propio cuando aún no había estudiado la alternativa de la beca deportiva que sustenta desde hace unos meses el Gobierno. El progreso que se exhibió en febrero despertó controversias con algunos clubes de la URBA, donde juegan 21 de los 35 jugadores a sueldo, y contradicciones con el pedido de regularización que había solicitado la AFIP. Por eso se modificó el discurso y se echó mano a la Secretaría de Deporte, el maquillaje ideal para afirmar que en el rugby argentino el profesionalismo no existe.