Una labor titánica, con mucho de diplomacia, llevó adelante durante casi tres años la comisión argentina en representación de la UAR. El convencimiento absoluto de los dirigentes -en este ciclo de negociaciones hubo cambios en los cargos- y el tesón inclaudicable del ex capitán de los Pumas Agustín Pichot permitieron derribar barreras de manera progresiva para conseguir que, de una vez por todas, la Argentina tuviera el lugar y el reconocimiento que se merece en el concierto mundial.
La estrategia primero se orientó hacia el Seis Naciones, pero ese bosquejo no prosperó; entonces rápidamente surgió el mejor plan: sumarse al Tres Naciones. La aprobación no encontró obstáculos mayores -se materializó en septiembre de 2009- y se fijó para hacerla realidad en 2012. Pero al mismo tiempo hubo que responder a los tres requisitos de la International Board y de los miembros de la Sanzar (la alianza de Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia), ente regulador del torneo de las potencias del Sur. En ese camino se necesitó armar una estructura interna acorde con la alta competencia; así nació el Plan de Alto Rendimiento (Pladar). El respaldo económico, algo indispensable antes de sentarse a dialogar, lo garantiza la IRB (10 millones de dólares, distribuidos hasta 2015), y la tercera pauta impuesta para abrirle los brazos al seleccionado argentino era que en cada función del certamen del Cuatro Naciones estuvieran en escena los mejores valores, entendiéndose por ello las figuras que se desempeñan en las ligas europeas. Y este último ítem se solucionó ayer en Londres, donde en el cónclave del Board se aprobó por arrasadora mayoría modificar la regla 9, artículo que detalla cómo tiene que darse la cesión de jugadores.
De los 26 votos, 24 fueron positivos, Inglaterra dijo que no y hubo una abstención. Además de las fechas ya establecidas para las ventanas internaciones de junio y noviembre (3 semanas por cada una), se incluyó un período de 8 semanas (por seis test-matches), entre fines de agosto y principios de octubre, durante el torneo de selecciones del Hemisferio Sur.
Este enmienda estatutaria dejará en libertad de acción a los jugadores argentinos que tengan contratos con clubes europeos, como entre tantos otros, Juan Martín Hernández, que a pesar de que todavía no se recuperó de su operación en la columna acaba de firmar por acuerdo con Racing-Métro 92, de París.
"Este anuncio representa un hecho histórico en el proceso de integración de la Argentina en el Tres Naciones, y es un desarrollo realmente apasionante para la UAR y todo el rugby del mundo", declaró el francés Bernard Lapasset, presidente de la IRB, y promotor incondicional de este sueño de los Pumas.
